“-Elena, Elena…¿Qué voy a hacer contigo?
-Amarme, mi vida-gimió ella en sus labios-. Amarme siempre,
como te amo yo. Y perdonar mis locuras hasta la vejez, cuando ya ancianos,
debamos guiarnos apoyados uno en otro, acaso con un bastón en nuestro renqueante
caminar.
-No pidas imposibles. Porque imposible es amarte, más de lo
que ya te amo Elena.
-Escribamos nuestro libro, juntos. Cada día, una página
nueva. Cada día, una prueba de nuestro amor “.
“Destinos cautivos”, un nuevo libro de mi querida Nieves Hidalgo.
Con su estilo inconfundible. Con una pluma ágil, fresca,
llena de historia y de amor.
Una precuela de “Amaneceres Cautivos”, historia que
realmente me cautivó.
Desarrollada en Trujillo, España en 1517. Pero con pasajes
en Toledo, en Tordesillas, Valladolid, Roa, y Santander.
Una mujer,Elena Zúñiga, joven decidida, voluntariosa,
valiente y aferrada a sus ideales.
Un hombre, Diego Martín y Peñafiel, conde de Bellaste,
guapo, rico, valiente, gallardo.
Ambos se conocen prácticamente desde niños. Jugaban juntos.
Hacían travesuras y se les castigaba por las mismas. Los sueños infantiles que
Elena llegó a crearse junto a Diego, se vieron rotos, cuando él empezó a
tontear con otras mujeres, y ella se sintió traicionada por él. Nada volvió a
ser lo mismo.
Ella se ve obligada a contraer nupcias con él, y a pesar de
que había sido su ideal siendo niña… no tolera las imposiciones, por lo mismo,
no desea ese matrimonio que ya se ha llevado a cabo. Le deja bien claro en la
noche de bodas, que no será su mujer, más que de nombre.
Una abuela maravillosa, Camelia Lawler, de quien Elena su
nieta heredó el porte y la garra, y quien se pone secretamente del lado de
Diego, para que éste la reconquiste, como cuando eran unos críos. Tarea que se
ve frustrada momentáneamente con la llegada del cardenal y gran amigo de
Camelia, Francisco Jiménez de Cisneros, quien necesita de la ayuda de Diego
para llevar a cabo una petición de la reina Juana I de Castilla: Salvar a su
hijo Fernando a quien deseaban asesinar para no entorpecer la sucesión al
trono, de Carlos su hermano, a quienes muchos españoles consideraban un
extranjero flamenco.
Una España revuelta. Con secretos y misterios que ponen en peligro la vida del Infante.
Asesinatos, conspiraciones, un pueblo clamando justicia,
enardecido…y el amor y la pasión de Elena y Diego que finalmente no pueden, ni
desean detener ni ocultar por más tiempo.
El orgullo de ambos se ve doblegado, ante ese amor de toda la vida, que al fin sale a relucir.
Un viaje relámpago para poder detener un crimen. Y todo lo
que conllevaba en esos días, salir en carruajes y caballos, por caminos que de
repente se presentaban peligrosos, largos, agobiantes. Aunado a la edad, el
cansancio y la enfermedad del Cardenal.
Un plan secreto que toma Elena en sus manos, para salvar del peligro a su amor, a su Diego. Y para defender la vida del Infante Fernando.
Una muestra de amor, de una mujer fuerte, aguerrida, valiente, que a pesar del
miedo y de la locura que significaba ese plan hecho a la ligera, demuestra con
creces su carácter y su amor infinito hacia el conde de Bellaste, su esposo.
Y un final en Venecia, en esa bellísima ciudad italiana, en
la cual hace su aparición finalmente, el conde de Osorno, Carlos Arteche y Ruiz
de Azcúnaga, enlazando así la historia, con Amaneceres Cautivos.
Prendada una vez más, de tu magia al escribir querida
Nieves.Tu prosa, es sencillamente exquisita.
Historia, amor, pasión, entrega… desarrollados de una manera
hermosa y fácil de seguir.
¡¡ Gracias por este nuevo libro…!! ¡ Gracias por Elena y
Diego, una pareja destinada a amarse! ¡Gracias por estos “Destinos Cautivos!
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