sábado, 21 de octubre de 2017

"Nacida bajo el fuego de Aries"... tan pasionalmente ariano...

“-Era un cintillo con la forma del símbolo del infinito; como el que tenía tatuado en el antebrazo izquierdo, relleno de pequeños brillantes engarzados. Era de una simpleza que acentuaba su perfección y simbolismo”.

Bárbara Degèner  es muy joven, pero ya tiene un pasado “salvaje” que la ha marcado y segregado de sus compañeros de Escuela. Sabe que está pagando lo que le hizo a Camila Pérez Gaona un año atrás, y lo soporta con aparente entereza, aunque por dentro su corazón sufre. El único amigo que sigue a su lado, a pesar de todo, es Sebastián Gálvez.

Se refugia en Rita, su preceptora de 3er. Año y astróloga, quien la sumerge en ese mundo con el fin de entenderse a sí misma, y comprender lo que sucede a su alrededor.

Un día, así de la nada se presenta ante ella Sergio Rodrigo Dante Collantonio, “cordobés y pirata”, y la vida cobra otra tonalidad para esta "ariana", bella e impetuosa. Él, un “libriano” carismático, sencillo y sincero, sin maldad, ni doble cara. Amante del fútbol  y jugador profesional del mismo. Un protagonista que cumple los cánones de la perfección. Pero necesita ayuda con sus estudios, y requiere que sea Bárbara quien lo socorra en esa misión. La verdad es que dentro de esa petición, anida el deseo de estar junto a ella el mayor tiempo posible.

Complicaciones graves en la vida de Bárbara, hace que su presente dé un giro de 180°, y deba mudarse a casa de la abuela de Collantonio, generando con ello problemas extra, agregados a los que ya tenía con su madre, y con Néstor su “padrastro”. Pero también allí descubre el verdadero significado de “pertenencia”, y sentirse amada incondicionalmente por la familia de su novio, en especial de esa maravillosa “Nonna”, -también ariana-, entregada y defensora, a quien adopta como propia.

Barbaruzza cambia, ya no es la misma. Al sentirse útil y especial para alguien, su vida toma un sentido diferente, y se da cuenta de lo valiosa que es, y lo mucho que llena al alma, el “darse” y el hacer felices a los demás.

Como en toda pareja de jóvenes, hay celos, problemas, dudas y temores… pero nada que no pueda solucionarse hablando, y comprendiéndose en su ser y actuar… pero sobre todas las cosas, confiando y creyendo el uno en el otro.
Un amor verdadero, a pesar de sus cortas edades, que se ve en ocasiones superado por la problemática a vivir en diferentes momentos y situaciones. Conflictos actuales como el acoso sexual, las drogas, padres divorciados y vueltos a casar, trastornos psiquiátricos, y las mentiras ocultas que tarde o temprano aflorarán para cambiar o modificar el presente. Enmarcado en la magia e intensidad de la astrología.

Una historia juvenil que tiene mucho para enseñar a los adultos en las situaciones que plantea, y que son el pan diario en muchos lugares del mundo. Un relato de amor entre dos jóvenes, que crecen y maduran amándose y apoyándose en todo momento, siendo sostén y bastión cada uno por igual.

¡Qué maestría que tiene Flor para bordar sus personajes, para imprimirles esa esencia tan propia! En pensar tan bien en gestos, maneras de sonreír, caminar, mirar y hasta en los perfumes que utilizan.

En tantas acciones, tan compenetrada en lo ariana que soy como Barbaruzza. En ser tan impulsiva y hacer las cosas, muchas veces, sin pensarlo... o en abrir la boca de más, y a veces lastimar sin desearlo. Pero sobre todo, en la intensidad de los sentimientos a flor de piel.

Un Bonelli tan Bonelli, que se respira a Flor desde las primeras páginas.

Un #Aries tan ariano, que lo sentí directito y en el alma. 
¡Gracias Flor por esta historia!
Por el regalo, la dedicatoria, pero sobre todas las cosas, y como siempre te lo digo...
¡Gracias por existir!

Bárbara y Sergio se quedan por siempre en mi corazón… 


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