"-Dime que me quieres así, Antje.
Lo quería. Odiaba la sensación de vacío cuando la abandonaba.
-Te quiero así. Te quiero".
Dmitry Záitsev es un personaje oscuro, lo pudimos constatar en "Nadina o la atracción del vacío".
Un hombre con más sombras que luces, -a pesar del "charme" que exuda-, debido a ciertas circunstancias que lo obligaron por las malas decisiones tomadas... o por ese pasado duro y doloroso que conoceremos mejor en esta historia.
Ha tenido que dejar París y su "glamour", la vida de lujos y derroche a la que se había acostumbrado, sus negocios, su dinero...y a Nadina.
Ahora vive en Berlín, y su cabeza tiene precio. Si no fuera por los Servicios de Inteligencia franceses, estaría refundido en una prisión purgando una larga condena.
Pero en Alemania tendrá que seguir haciendo el trabajo sucio, ese que nadie desea hacer, para no ensuciarse las manos, y el alma. Ese que aunque lo pudra, hará para poder largarse de Berlín, y recuperar sus cuentas congeladas.
Su estancia en esa ciudad se ha convertido en una tortura bajo las órdenes de Antje Heller. Su forma de trabajar coarta la libertad a la que Dima está acostumbrado, él no pedía permiso para nada, actuaba conforme al calor de sus vísceras, y ahora "choca" continuamente con su equipo de trabajo.
Ella es imperturbable. Seria, controladora y controlada, con todo bajo el as de su manga. Fuerte, determinada, valiente... pero a pesar de todo, con miedo.
Ha sobresalido en un mundo de hombres, demostrando su valía con su temple y decisión.
Ha luchado mucho por estar en ese puesto y no piensa perderlo por nada, menos por alguien como Dmitry. Pero Dima la atrae. Se atraen. De una manera peligrosa, oscura... y tremendamente sexual. Y cuando el corazón se ve inmiscuido, se vuelve aún más arriesgado por los secretos que se esconden y que bullen por salir a la luz. Ella, quien puede acabar con él en un segundo, es quien le da aliento para levantarse cada día.
Bajo un marco político-policial actual, con temas del diario vivir como la venta clandestina de armas, atentados, droga, prostitución, guerras político-religiosas, terrorismo islámico, servicios secretos rusos, Dima y Antje, nos llevan a vivir en una caída vertiginosa llena de adrenalina. Y con un Berlín tan majestuosamente presentado, que es innegable el amor de la autora por esta ciudad. Recorremos sus calles, los lugares nombrados, e incluso sentimos el frío que corre libremente curtiendo la piel de los transeúntes, y también se nos eriza el interior por el temor circundante al doblar cualquier esquina.
Quizá las actividades a las que dedican no son morales, ni correctas, y menos están bajo la ley, pero hay cosas que unos deben hacer por buscar la paz y el equilibrio del mundo.
Y cuando por miedo a lo desconocido no se confía a plenitud... siempre hay un "pero" que puede conflictuarlo todo, y el peligro latente puede acabar con sus vidas.
Dmitry, ahora como protagonista de su propia historia, nos presenta una vida difícil, pero esperanzadora. Dura, pero que con una sola mirada de sus ojos, ablanda el alma. Arriesgada, impulsiva... y con una luz que empieza a iluminar un camino de oscuridad y soledad. Una luz que lleva nombre: Antje.
Una novela diferente. Sin ser el típico protagonista. Con lastres que lleva cargando en sus espaldas. Narrada de manera clara, sencilla y totalmente atrapante.
Y con un epílogo especial, conmovedor, necesario para cerrar círculos, y vivir cada quien sus vidas.
¡Amé esta historia! Tan oscura por momentos, pero a la vez, llena de esperanza y de amor.
Marisa Sicilia es garantía. Apuesto una y mil veces por ella. Cada una de sus historias son especiales, de esas que se te quedan clavadas en el corazón.
¡¡Gracias Marisa querida por Dima y Antje!! ♥
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