"Ser otro, ponerse en su lugar en todo momento, pero en especial en los de mayor vulnerabilidad, es un modo de amor y de empatía que podría, en sí mismo, cambiar el mundo y mostrar muchas otras verdades que siempre estuvieron a un pensamiento de distancia".
Una historia coral encabezada por Isabella, una vieja conocida que ya nos había mostrado un poco de su ser y hacer en "Volver a mí", la historia de Gina, su madre.
Pero no sólo es la verdad de Bella la que se desarrolla en esta novela, puesto que un grupo de mujeres exponen su vida, su ser, su sentir, su hoy, su pasado. Lloran, ríen, sufren, deciden, opinan, temen, eligen, defienden, y aman.
Teniendo como tema central "la maternidad" y las diferentes posturas que cada una tiene ante ella. Desearlo, querer serlo, anhelarlo, planearlo, decidirlo... y también elegir no serlo.
Un viaje placentero que nos llevará del siempre bello Bogotá a mi Buenos Aires querido, pasando por la majestuosidad de África, y disfrutando del caótico pero atrapante Nueva York.
Existirá como eslabón poderoso, la valía de la amistad, y la base infranqueable de la familia: la propia, la elegida, la que suma, la que crece.
Y el amor... porque toda relación se basa en el amor y por el amor.
Isabella, Emilia, María Paz, Corina, Verónica, y la misma Gina, serán algunas de las voces que estaremos escuchando desde la pluma, siempre creativa, de la querida Laura G. Miranda. Y habrá también voces masculinas que, como en toda relación, a veces suman, otras restan, algunos queriendo multiplicar, o dividiendo para avanzar. Y es aquí donde surge mi personaje favorito de esta historia... ¡Adrián! Empático, inteligente, sereno, apacible, amigo, confidente, siempre presente, con la palabra precisa y la acción decidida y necesaria.
Una historia llena de enseñanza, de colorido, de música, de mujeres y hombres que tras "sus otras verdades", decidirán la vida que quieren y merecen vivir.
¡Gracias querida Laura!
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