miércoles, 11 de noviembre de 2020

"Hannah"... y el rescate de un héroe casi olvidado.

 

"- Las personas que tienen la osadía de creer que pueden cambiar al mundo son las que terminan cambiándolo".

 

Hannah es un nombre que pudo ser cualquier otro. Cualquier otro nombre de un judío italiano que viviera en la Florencia de la Segunda Guerra Mundial.

Hannah era una niñita de 5 años en esa época dolorosa, y Hannah es la nieta de aquella otra en la actualidad. Quien descubre una cartilla de reclutamiento de las fuerzas armadas de un soldado nazi, con una frase escrita en su interior:

«Hannah, niña número 37. G. Wolf»

Esa corta y escueta frase, la cimbra y la hace querer saber más, conocer más y adentrarse en la Florencia fascista y tomada por los nazis. Una mezcla nada halagüeña, especialmente para los judíos y los partisanos.

En un ir y venir del pasado al presente, de manera ágil e interesante, caminaremos por las calles de la bellísima ciudad de los puentes sobre el Arno. Una ciudad invadida por la crueldad del fascismo y la intervención nazi. Pero también siendo patria de personas de gran corazón y con inmenso amor por el arte y la cultura, y con la férrea idea de perpetuar todo aquello que fuera luz en un marco de oscuridad y sangre.

Y es aquí donde Hannah rescata la historia de un héroe casi olvidado: Gerhard Wolf, el cónsul alemán, el “Lobo” de Florencia, el Guardián del Ponte Vecchio. Un hombre que utilizó el símbolo de la esvástica que portaba, para defender, ocultar y salvar. Salvar personas, salvar arte, salvar lo salvable dentro de lo limitado de sus posibilidades. Un hombre que hizo cadena con muchos otros para lograr lo impensable.

Nos toparemos con muchos personajes muy bien estructurados, unos reales y otros creados para agilizar y unir la punta de estas dos etapas de una misma historia, que mezcladas entre sí han logrado una gran novela.

Una novela que si bien nos habla de una ciudad que es sinónimo de arte y belleza, hace notar y engrandece a una persona casi desconocida, pero que hizo muchísimo por el emblemático lugar en el que vivía y al que amó profundamente: el alemán, Gerhard Wolf.

Un libro atrapante desde la primera página.

Una historia que conmueve.

Una historia que desgarra por los actos criminales que se vivieron. Por los tantos muertos que no tuvieron una sepultura. Por los muchos desaparecidos. Por la devastación sin sentido de tantos monumentos y tanto arte. Pero especialmente estremece por la historia del hombre al que se ensalza, por ese gran héroe, casi en el anonimato, que hizo tanto por tantos y por toda Florencia.

Con un desenlace que sobrecoge, y que logra que se derrame más de una lágrima. Y que hará que se deseé recorrer la bellísima “Firenze” por todas esas calles que se nombran, y visitar tantos lugares que son emblemáticos, pero especialmente, atravesar el Ponte Vecchio, y sentir lo que Gerhard sentía cada vez que lo veía o recorría, pletórico de amor por ese, su puente tan amado.

Primera vez que leo a Christian Gálvez, y segura estoy que no será la última. Este libro me ha conmovido intensamente, y sin duda alguna, ocupa ya un lugar en mi top 10 de lecturas del 2020.

¡Totalmente recomendado!



 

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