"Tal vez eso es lo que nos ha mantenido cuerdos hoy en día, el saber que lo disfrutamos todo, que no nos quedó nada por vivir. Solo nos falló la eternidad".
Elena,
una mujer de 40 años, recibe la peor noticia de todas: el tratamiento no ha
funcionado y Javier, su marido, se irá apagando de a poco.
Entre
el miedo, la tristeza y el amor, irá rememorando todo lo vivido, lo querido, lo
odiado. Los buenos y malos momentos, las alegrías y las tristezas, los problemas
y las soluciones, desde que ella y Javier se cruzaron en la vida.
Intercalando
el durísimo presente al que tienen que enfrentar día a día, con recuerdos de su
pasado, Elena irá reacomodando su historia para presentarnos quiénes son, cómo
son, qué han vivido, amado y sufrido… y lo que están arrostrando actualmente en
el diario vivir.
De
una manera natural, iremos recorriendo remembranzas que los han formado hasta
hacerlos lo que hoy son, y la crudeza que una enfermedad terminal
representa no sólo para el enfermo, sino para toda la familia. Los acompañaremos cada día, sufriendo con ellos, riendo en algunas situaciones y
llorando con congoja lo que se avecina al ir avanzando en la trama. Todos
ellos, con excepción de Dani, que es quien pone la nota de alegría, madurarán
de golpe y crecerán de una manera inmediata. Afrontarán el hoy con una sonrisa,
aunque por dentro el alma esté temerosa y llorando.
Abril
Camino ha sabido plasmar de forma real, lo que es vivir contando cada segundo y
haciendo que valga la pena, tanto para Javier, como para Lena, Mateo, Dani, y
la fiel y amorosa Martina. Ha sabido transformar la inmensa tristeza, en una
historia llena de sentimientos, de amor, de perdón, de entrega, de recuerdos.
Y
aunque es una historia triste, con momentos llenos de dolor… esta novela habla
de la familia, de la unidad, de la importancia de recordar los buenos momentos,
de lo importante que es vivir y disfrutarlo todo para que al final no quede
nada pendiente, y puedas sonreír satisfecho al saber que lo has dado todo, lo
has vivido y sentido todo, y has amado todo, incluyendo los días oscuros.
Es
un libro hermoso, conmovedor y vivencial. Escrita con una sensibilidad brutal.
Es una historia que conmueve profundamente, pero que al mismo tiempo nos hace
reflexionar sobre las cosas importantes de la vida, y especialmente de cómo el
amor en todas sus formas, es al final lo que nos llevamos, y lo que se queda para
poder superar el dolor de la pérdida.
Una
novela que sí, hace llorar, pero también reír. Que nos duele, pero enamora. Que
hace que el corazón se apachurre, pero que te deja el alma llena.
¡Una
gran, gran historia… tan real como la vida misma!
¡Totalmente
recomendada!
Me encanta la pasión con la que redactas, lees con el alma y escribes con el corazón
ResponderBorrarAtte. Vera M. V.