martes, 23 de julio de 2019

"Lo único que importa"... para vivir y ser.

"Somos la suma de nuestras elecciones, pero también de nuestras no-elecciones. Es preciso asumir, y lamentarse no cambia el pasado. En cambio, enturbia el presente."

Una enfermera, un bombero y un terrible accidente. Un accidente que provoca una ola de emociones que cambian el presente de los involucrados.
Así es como empieza esta dramática historia, que pese a los temas abordados se disfruta inmensamente, por lo real y conmovedor de su desarrollo.

Juliette y Roméo (nombres muy shakesperianosse conocen debido a una situación de desgracia, y es a partir de ese momento que sus historias estarán cruzadas en el camino de sus vidas.
Ambos cargando en sus espaldas un bagaje doloroso, con historias de abandono, maltrato, familias disfuncionales, inseguridades y miedo... y es así que encuentran en el otro la mano amiga, el corazón esperanzado, la mirada siempre atenta, el cariño continuamente presente, ese que en su pasado inmediato les había faltado.

Juliette es una dulce y cariñosa enfermera con sus pacientes. Empática con sus dolores, sufrimientos y miedos... pero fuera de ese mundo, en su casa, su vida es otra cosa: Oscura, agobiante, violenta, agresiva. Lleva un hueco en el alma y no lo ha podido llenar... por eso, aguanta y no claudica. Duele su falta de amor propio, justificando maltratos, insultos y humillaciones, hasta que llegado un "punto cero", cae en cuenta de la realidad que está viviendo, y ya nada podrá justificar lo injustificable. ¡Nada!

Roméo con 25 años, también ha llevado una vida difícil. Con padres disfuncionales, tuvo que crecer de golpe para hacerse cargo de su hermanita. No la ha tenido fácil porque ella está viviendo una rebeldía adolescente, en donde busca figurar y ser querida, por esa falta de amor que ha tenido que vivir desde niña. 


Dos personas comunes, sin ningún estereotipo marcado. Con defectos, virtudes, errores, imperfecciones... pero también con esperanza, con motivaciones y nuevos alientos para buscar una segunda oportunidad.

Junto a ellos, una pareja de ancianos acompañará sin intervenir, respetando y tratando de ser faro, sin querer dirigir. Malou, la abuela de Juliette en especial, es esa mano que siempre está para cuando se necesite sostener o apretar, sin  abrumar.

Hay momentos que te cimbran, que duelen en carne propia, pero aún así, es una historia esperanzadora. Cálida y reconfortante, aunque por momentos hiera como un filoso puñal.
Que nos muestra que caer no es fracasar, sino la pauta para levantarte, seguir y si es necesario cambiar el camino.

Con una forma de narrar sencilla, clara y directa, la escritora, Agnès Ledig , nos transmite todas las emociones vividas por sus personajes. Desde la ternura, la emoción, el amor, la esperanza, así como la angustia, desesperación y el dolor en todas sus ramificaciones.

Nos hace reflexionar sobre lo que realmente importa en esta vida, y que no se puede respetar a los demás si no hay primero el respeto por uno mismo: "Una sola palabra reaparecía sin cesar: respeto. Ella me decía que, en todas las decisiones de la vida, debíamos actuar respetándonos a nosotros mismos y que, cuando ese respeto se hallaba en peligro, era preciso hacer lo imposible para salvaguardarlo".

¡Me gustó muchísimo esta historia y la recomiendo totalmente! 











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