martes, 13 de agosto de 2024

"Todas las palabras que no me han dicho..."

"Mis padres son sordos.
Sordomudos.
Yo no."

"Las miradas y los gestos sustituyen a las palabras. Una sonrisa. Una caricia en la mejilla. Las cejas fruncidas para quejarse. Besos y achuchones para decirme: <Te quiero>.

"Sé perfectamente que no es culpa suya. Pero lo odio. Si no fueran sordos, mantendríamos largas conversaciones sobre el mundo, la política, la ética, Schopenhauer o Nietzsche, Tólstoi o Dostoievski, Mozart o Bach..."

"Oscilo entre el orgullo, la vergüenza y la rabia.
Continuamente."

La escritora, Véronique Poulain, es hija de una pareja de sordomudos, y en esta breve, pero clarificante autobiografía, nos relata de manera fluída y, por momentos, divertida, todas las dificultadres, contratiempos, enojos, vergüenzas, y diversiones también, que le ha resultado ser la hija "normal" de una pareja sorda.

Narrada sin línea temporal, y en pequeños retazos, desde su nacimiento hasta sus veintitantos años. Así iremos conociendo, solo un poco, y de manera sincera, sus vivencias, aprendizajes, frustraciones y desesperación.
Con ironía y humor, relata lo gracioso y exasperante de vivir, y convivir, con dos personas que no la comprenden, ni la escuchan, y de cómo ella ha aprendido a vivir, y necesitar, del silencio en un mundo lleno de ruido.

Una brevísima historia íntima que hace reflexionar, emocionar y entender, un poco, cómo es una vida diferente a la nuestra.
Nos demuestra la importancia de la comunicación, y principalmente, de la inclusión en nuestro día a día.
¡Me gustó! 



domingo, 11 de agosto de 2024

"El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes..."

"De haber podido, la habría cambiado en dos segundos por cualquier otra madre del mundo."

"Mi madre tenía unos ojos verdes tan bonitos que parecía un despropósito malgastarlos en un rostro fermentado como el suyo."

"Si la muerte tuviera en cuenta la opinión de los demás, moriría mucha más gente adecuada."

Dos protagonistas al borde de un abismo de enfermedad, resentimiento, problemas psiquiátricos y dolor. Una relación madre-hijo, amor-odio, que se ve dañada por un gran drama en sus vidas que los separa, y al mismo tiempo, los hace dependientes uno del otro.

Una petición para pasar juntos el verano en un pueblito francés. Un verano para conocerse, para tratar de sanar heridas, olvidar odios y reconstruirse.

La disfuncionalidad en las relaciones familiares, siempre son interesantes y gustan... pero en este caso se exacerban de una manera que no me gustó, y que no lo creí. Además que sentí las metáforas utilizadas, el deseo de hacer el relato poético, forzado y no fluído. No logró conmoverme, a pesar del tema, y del mensaje que deja, que es bueno.

Mucho me habían hablado de este libro, de Tatiana Ţîbuleac, elogiándolo y ponderándolo, pero en mi caso, no me agradó.

La lectura es totalmente subjetiva, y cada cabeza es un mundo. Lo que a mí no me haya gustado, para otra persona puede ser una obra de arte. En eso radica la grandeza de los libros.