“-No es nada. Invita la casa. Y, si quiere quedarse más
tranquila, vuelva cualquier tarde y le haré una revisión a fondo.
Una revisión a fondo. Sonaba prometedor. Eso era lo que
decían sus ojos, lo que insinuaban sus labios: promesas, muchas dulces y tentadoras
promesas”.
Una breve historia situada en Mumford, Texas, y corriendo el
año de 1988, sí, plenos años 80’as plagada de música “de la buena”, de
esa que nos hizo bailar, cantar y soñar, es que trascurre este pequeño, sexy y
picante relato.
Milie Fortenberry, una mujer de treinta y tantos, rubia, guapa y sexy, más
ahora que ha bajado unos kilitos y ha podido recuperar sus curvas. Casada con
George con quien ya no pasa nada, ni siente nada, ni nada de nada, y con dos
hijos en plena juventud, que estando ella o no, ya no le hacen mucho caso que
digamos.
Su vida es sencilla, atendiendo su casa, comprando lo que
desea, vistiendo a la moda, y viendo “Falcon Crest”, con Lorenzo Lamas
incluido. Así es como pasa la gran parte de sus días.
Una mañana su jardinero Phil no llega porque se accidenta, y
en su lugar manda a trabajar a un joven de “veintialgo”: alto, fuerte,
de rubios cabellos y ojos azules, más 2 hoyuelos que se la forman al sonreír.
Ella obnubilada por él empieza a soñar y fantasear, hasta que la cordura
le vuelve… aunque quizá sólo por momentos.
Con Josh o sin él, Milie se valora y se da la oportunidad… en
más de un sentido. Se da derecho a pensar en ella, y en darse la importancia que merece.
Ambientada con canciones que hicieron época, como “Girls
just want to have fun” de Cindy Lauper, “Billie Jean” de Michael Jackson
o la épica “Time of my life” con el icónico y sexoso baile de Patrick
Swayze y Jennifer Grey incluido… más remembrando las súper sexys películas de “Nueve
semanas y media” ( sí, con el refrigerador y los hielitos ) y “El
cartero llama dos veces” con todo y esa mesa donde “la Lange” y Jack
Nicholson desplegaron una de las escenas más “hot” del cine.
¡Ah! Y una cena... una muy sensual cena con pollo, ¡claro! Con la receta del
mismo detallada… sí, una deliciosa receta “dulce y picante” como la
historia.
¡Qué maravilla que un relato cortito, pueda agradar y
divertir tanto!
Ágil, divertido, chispeante, entretenido, y muy sexy.
¡Claro!, de la pluma de Marisa Sicilia no se podría esperar
otra cosa.
¡Lo recomiendo sí o sí!
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