"-Si no hay más...Si estos tres días son todo lo que tenemos..., quiero que sepas que han sido bastante. Felicidad suficiente para alimentar toda una vida".
En la actualidad, año 2011...Jess corre, escapa, huye de alguien. Encuentra refugio en una casa abandonada. Se encuentra sola, totalmente sola, pero segura.
Morando ahí, es que llega una carta dirigida a Stella Thorne. Una carta de lejos, de un amor perdido, en otro tiempo y espacio. De alguien que prometió amarla para siempre...pero ese "para siempre" está llegando a su fin.
Intrigada, se pone a buscar pistas, algún indicio que la lleve a saber quién es y dónde se encuentra esa mujer.
Y buscando es que encuentra una caja con muchísimas cartas escritas para Stella, hace 70 años...en 1943, en un Londres sumergido en la Segunda Guerra... y sí, todas esas cartas tienen el mismo remitente, el mismo hombre que le acaba de escribir: Dan Rosinski.
Así, de esta manera y a través de las muchas cartas que Dan le escribió a Stella, es que nos vemos sumergidos en su historia. En esa maravillosa historia de amor, que data de 70 años atrás.
Ella una huérfana que con el tiempo se casa con el reverendo Charles Thorne. Un hombre de Dios, raro y tan frío y alejado de ella, como si de un témpano se tratara. Y que esconde grandes secretos.
En las ruinas de una iglesia, en ese Londres bombardeado es que los caminos de Stella y Dan se cruzan, para cambiarles la vida a ambos. Una esposa frustrada, y un piloto norteamericano, convergen en un momento, que se hace crucial para sus vidas. Surge de esta forma un amor tan grande, una pasión que no les cabía en el pecho, y un camino empedrado y lleno de obstáculos para lograr el fin deseado.
En el presente, Jess se moviliza, indaga, juega a unir ese rompecabezas que la haga saber dónde encontrar a Stella, si es que aún se encuentra con vida.
Will aparece, y quien podría haber sido su verdugo, se convierte en su cómplice y "buscador" de Stella. Mueven cielo, mar y tierra, para al menos lograr conseguir una pista.
Y sin imaginarlo, mientras dejaban de pensar en ellos mismos, y buscan encontrar la felicidad que Dan anhelaba con Stella... Jess y Will encuentran su camino. Despejan su horizonte, al tratar de ayudar a alguien más.
Mails de Jess a Dan, secretos desvelados,rastreos impetuosos, amistades entrañables, sorpresas que cambian el entorno y el futuro... Y amor, muchísimo amor a través de los años... de muchísimos años de amar, de soñar, de anhelar... y finalmente, de esperar.
Con el marco de la Segunda Guerra Mundial, nos sumergimos en dos historias paralelas, separadas por 70 años, y unidas por medio de unas cartas de amor.
Cuatro personajes que se meten en el alma: Stella, Dan, Jess y Will.
Y como cierre, un epílogo que alegra, mueve y conmueve hasta las lágrimas.
Una bellísima historia que se lee de manera sencilla, que se hace parte de uno mismo, y que se vive a flor de piel con todos los sentidos.
Un libro de Iona Grey que estoy segura, recordaré por siempre.
¡Hermosa reseña para una bella historia!
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