miércoles, 4 de abril de 2018

"Pan de limón con semillas de amapola"... una receta de vida.

"Una hora más tarde, al abrir el horno de leña, salió como una bocanada de olor a pan cocido recién hecho, y ese olor acarició despacio el alma de nuestra protagonista. Cerró los ojos e inspiró lentamente el olor llenito de nostalgia. El olor de su infancia. El olor a su hogar".

Anna y Marina no pueden ser más diferentes. Una rubia y la otra morena. La mayor, Anna, casada y envuelta en una vida rutinaria y de apariencias, dedicada a Armando su marido y a Anita su hija, y prácticamente nunca ha salido de la isla. Marina, es ginecóloga y trabaja en una ONG llamada "Médicos sin Fronteras". Lleva varios años instalada en Etiopía al lado de Mathías, su pareja.

En el invierno de 2010, las dos hermanas, que se habían separado hacía 14 años, se reencuentran al ser notificadas que les han dejado una herencia en común.
Una misteriosa mujer llamada María Dolores Molí, "Lola" para los amigos, les ha dejado una panadería, una casa y un viejo molino en un pequeño pueblito llamado Valldemossa, en Mallorca.

Marina sabe que el vender les generaría grandes ganancias a ambas, pero ella desea primero indagar y conocer quién fue Lola, y porqué las heredó, sin ellas saber de su existencia.
Es impetuosa y fuerte, llena de ansiedad por descubrir ese secreto.
Por lo mismo decide conocer la panadería, vivir en la casa, y descubrir qué hay más allá de los simples ingredientes que mezclados, logran la magia del "Pan de limón con semillas de amapola".

Y en ese tiempo de búsqueda, hallarán también el reencuentro de dos almas que se añoraban, harán frente a los conflictos familiares del pasado, a los nuevos traspiés que el destino les pondrá enfrente, pero sobre todo... serán meses para tratar de recuperar el tiempo perdido, y rehacer sus historias.

Un libro lleno de momentos preciosos. De historias de mujeres valientes, arrojadas, sumisas, temerosas, trabajadoras, incansables. Mujeres casadas, solteras, solas, profesionistas. Mujeres con hijos y sin ellos. Mujeres que añoran, que extrañan, que desean, que anhelan. Que se reencuentran en la profundidad de sus almas, y se hacen renacer a la vida que desean y creen merecer.
Mujeres que ríen, que lloran, que experimentan, que prueban, que descubren.
Mujeres hermanas, hijas, amigas, vecinas. Mujeres del ayer y del hoy, de siempre.

Encontraremos personajes secundarios que dan luz y peso a la historia, haciéndola aún más hermosa: Antonio, Anita, Imelda, Catalina y Úrsula. Cada uno con un brillo especial, que alumbrará las vidas de Anna y Marina.

Escrito con prosa sencilla, ágil, de fácil lectura. Con momentos intensos que quitan el aliento y te hacen derramar lágrimas. Otros divertidos. Algunos especiales y muy emotivos.
Intercalando la historia con recetas de diferentes panes al comienzo de cada capítulo, que no sólo nos invita a realizar la receta, sino a degustar el resultado de nuestros "pininos" como cocineros.

Conoceremos el trabajo intenso y desgarrador de las ONG's, nos dolerán las tramitaciones eternas y estúpidamente lentas de las adopciones internacionales, estaremos atrapados en secretos, en amores, y en el día a día que se vuelve rutina, cotidianidad y felicidad al encontrar la riqueza de lo sencillo.

Nos podremos trasladar desde la desértica Etiopía hasta la isla de Mallorca, y ahí caminar por la playa o por las sinuosas calles de Valldemossa, que sin conocerla, sientes que la ves y que has estado ahí.
Podremos sentir que entramos en la panadería de "Lola" cada mañana, y el olor a pan recién hecho, inundará nuestros sentidos y nos hará evocar algún momento de nuestra vida.

Esta sencilla historia, se meterá hasta nuestra médula, y no podremos salir inmune de ella. Marina y Anna, son de esos personajes que se quedan a vivir por siempre en el corazón de los lectores.
¡Me encantó esta historia de Cristina Campos!
¡Apuesto por ella, y la volveré a leer llegado el momento!












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