“<< Nunca
olvidéis lo que habéis visto. Vosotros sois como el águila y el halcón, si os
atáis el uno al otro, aunque lo hagáis por amor, no solo viviréis
arrastrándoos, sino que además, tarde o temprano, empezaréis a lastimaros el uno al otro. Si
queréis que el amor perdure, volad
juntos, pero jamás atados por miedo a perderos. Si el amor es verdadero, se
torna eterno e infinito sin promesa, porque ya el amor en sí es una promesa de
vida>>”.
Una noche, un bar, una hermosa pelirroja, un indio
tremendamente atractivo. Miradas cargadas de intención, sonrisas… y nada vuelve
a ser lo mismo, ni para Nicole Howard,
ni para Sean Redcloud. Cuando sus
ojos se descubren… sus corazones laten y sus cuerpos vibran a ritmo batiente.
Todo parece idílico, aunque no sencillo. Él no tiene nada, solamente
es un indio mitad sioux, mitad cherokee, Marine y próximo a ser un SEAL. Ella es hija de un gran
empresario, dueño de una de las farmacéuticas más grandes e importantes de
Estados Unidos. Sus mundos no pueden ser más disímiles, pero el amor que
empieza a nacer entre ellos, logra lo que parecía imposible.
Pero en la vida, no todo lo que brilla es oro, ya que al
pasar los años, Sean decide perderla, para de esta manera, protegerla.
La distancia y el tiempo, sólo sirven para disfrazar el
dolor, pero la herida sigue ahí, latente y sangrante.
Cuatro años después, y ya siendo un miembro del comando Alfa
del Team Six de los SEAL, se entera que Jeff Howard, su exsuegro, ha sufrido un
coma diabético y se encuentra muy grave en el hospital. Su sentido de
responsabilidad y el profundo amor por Nicole, escondido tras ese armazón de
acero con el que trata de cubrir su corazón, lo hace acudir a ver cómo se
encuentra la situación y ver qué fue lo que sucedió en realidad.
Una próxima boda, un posible intento de asesinato, robo de
material confidencial, anónimos amenazantes y un nuevo medicamento que podría
cambiar la vida de muchas personas, ponen a Nicole en el ojo del huracán.
Y por esa necesidad de huir, vuelven a los orígenes, a ese
lugar, con esa gente que con el simple hecho de existir, brindan serenidad y
paz a sus almas.
La cercanía, la convivencia, las miradas, incluso los celos,
cambian sus realidades, se sensibilizan sus corazones y la verdad toma la voz
cantante.
Y al haber tanto, pero tanto amor, bajan las guardias, se
vuelven vulnerables y el peligro los acecha.
Secretos, mentiras, intrigas y un entramado de espionaje en
las grandes empresas farmacéuticas, conforman un balance perfecto con esta
idílica historia de amor.
Una novela interesante y muy bien delineada, con personajes
cincelados y momentos que se sienten y se viven con los cinco sentidos.
Aunado a “secundarios” entrañables y simpáticos como la
adorable abuela Talulah, y Pequeña Estrella con su desenfreno y su
boca suelta, que dan el momento cómico y chispeante que hace crecer la
historia. Y con un epílogo que cimbra, remueve el alma y hace derramar más de
una lágrima.
Mención aparte merece el protagonista masculino, Sean
Redcloud… fuerte como el que más, rudo, impertérrito, íntegro y con un corazón
de oro. Dispuesto a darlo todo por su amor, incluso su propia felicidad y la
vida.
No pensé que podría gustarme más que "Corazones de acero"... pero sí fue posible.
Sean se me metió en el alma y ahí se quedará por siempre... Desde ya forma parte de mi top 10 de personajes literarios masculinos favoritos.
Sean se me metió en el alma y ahí se quedará por siempre... Desde ya forma parte de mi top 10 de personajes literarios masculinos favoritos.
María José Tirado… ¡Qué pedazo de historia!