lunes, 16 de febrero de 2015

“La vida no es sólo blanco o negro… también contiene grises. En este caso 50 sombras…”

No pensaba escribir nada, ni de la película y menos del libro que leí hace tanto tiempo…Pero las circunstancias me llevarlo a hacerlo.

Hablaré primero de la película, que es lo que está en boga.
La película es mejor de lo que imaginé que sería, sin que esto indique que es buena, pero tampoco es mala. No ganará un Óscar, ni un SAG Award, menos un Golden Globe… así como el libro, jamás ganaría un Nobel de Literatura.
Tiene muy mala continuidad, no existe ese avance lógico y cadencioso. Son cuadros, momentos especiales e importantes del libro, pero aislados. Y si no lo leíste, difícilmente la comprenderás en su totalidad.

Ella, Dakota, físicamente no me gusta. Hay algo en su cara, que no me acaba de agradar, pero me sorprendió gratamente como Anastasia Steele. No porque sea la actriz que el mundo está esperando, pero sí porque supo meterse bajo la piel de Ana, e interpretarla de una honrosa manera. Él, Jamie, es guapo. Tampoco es el galán más espectacular, pero como Grey, dejó mucho que desear. En ningún momento le vi esa fuerza, ese magnetismo, ese poderío, autoridad, dominio y control sobre todas las situaciones que narra el libro.

Hay muchas personas que la han catalogado como “porno”… No, no lo es. Es erótica, muy “light” comparada con el libro… pero porno, no es. Es erotismo, sin llegar a ser grosero. Sólo revela aspectos profundos y ciertos de la naturaleza humana.  He visto porno y la película, y hay un abismo muy grande entre ambos.

Otras personas dicen que es la versión adulta de “Crepúsculo”… y llevan razón en ello.
Para quienes no lo sepan, “50 Sombras” nació como un “fanfic” erótico basado en Twilight. Se llamaba “Master of the Universe” y sus protagonistas eran Isabella y Edward.
E.L James (la escritora de Grey), iba subiendo a su blog los capítulos conforme los iba escribiendo.
Debido al gran éxito y aceptación que tuvo su “fanfic”, una editorial se interesó en ella. “The Vintage” ( Random House ), le ofrece contrato para publicar su historia, por lo mismo, le exige bajarla del blog, cambiar el título, el nombre de los personajes, así como cualquier similitud con la historia de Stephenie Meyer, autora de “Crepúsculo”.

James y sus editores, crearon una readaptación de los escritos originales (Aunque quien leyó ambas, aseguran que el texto es prácticamente el mismo que estaba en su página, y que sólo se modificaron el título, los nombres de los personajes, y detalles como el color de ojos y pelo).

Ya entrada en los libros, resumiré a grandes rasgos. Trata sobre un magnate joven -Grey- que conoce por azares del destino a una estudiante, Anastasia, que está en su último año de Literatura inglesa en la Universidad de Washington.

Él era especial. Tenía ciertos gustos diferentes. Le gusta y practica todo lo referente al BDSM (bondage/disciplina, dominación/sumisión, sadismo/masoquismo). Nunca había tenido una relación formal, ni normal. Tenía muchos traumas desde su niñez, y una amiga de su madre, Elena Lincoln es quien lo adentra en el mundo del BDSM (reconocida actualmente como cultura que se basa en Safe, Sane and Consensual: seguro, sensato y consensuado).

El deseo de Christian es que Ana aceptara ser su sumisa. Le habla de  normas y reglas a cumplir, y límites infranqueables de ambas partes, y todo eso debía ser firmado por medio de un contrato…que JAMÁS se llega a firmar.

Ella estaba impactada por él. Su físico, su madurez, su inteligencia, su poder, su control. Se le hacía imposible que alguien como Christian, se fijara en alguien tan insignificante como ella.
Acepta probar los juegos de Grey, para entender qué eran, de qué se trataban, pero sobre todo, tratar de entenderlo a él y ese gusto tan particular que tenía… Mas nunca cree poder llegar a ser sumisa, ni se siente como tal. En un momento, ella le pide que le muestre qué tan malo puede ser un castigo… y él lo hace a pedido de ella. Ahí es cuando Anastasia se da cuenta que no podrá jamás complacerlo, porque no le gustan los castigos, no le gusta sentir dolor, y lo que menos le gusta, es que él sienta placer en eso… por lo tanto,lo abandona.

Y es en ese momento, cuando él se siente abandonado, que pone las cosas, los deseos, y los sentimientos en una balanza, y comprende que para tenerla a ella, debe renunciar a su mundo, a sus juegos, a sus prácticas…y lo hace, porque prefiere tenerla en su vida, a cualquier otra cosa.

Por lo tanto…NUNCA se da la relación Amo-Sumisa. Nunca le falta al respeto. Nunca la obliga a hacer cosas que ella no deseara y aceptara.

Todo lo que hacen después, tanto en su dormitorio como en el cuarto rojo, son juegos sexuales de dos personas adultas que se aman y que desean jugar y experimentar juntos: con esposas, con vendas en los ojos, “juguetes sexuales” y demás. Y todo eso, es una decisión de cada pareja, y nadie tiene la potestad de juzgarlo, aunque sea un libro.

La relación de pareja que se libra a puertas cerradas y lo que pase dentro, es un pacto entre dos personas exclusivamente.

Los deseos y juegos sexuales, pasan en todo el mundo, a toda hora, en todo momento… exponerlo en un libro, solamente es hacerlo público, darlo a conocer.

El fondo real de esta historia “satanizada” por tantos, es una historia de amor. Está más allá del sexo y del “sado”.

Christian, por amor…renuncia a su mundo, a sus juegos, a su tipo de vida. Lo mueve el amor intenso hacia Ana, el deseo de tenerla cada segundo de su existencia a su lado. Anastasia ayuda a Grey a dominar sus fantasmas de la niñez, a dormir sin pesadillas, a despojarse de los lastres que arrastraba, a perdonar a su madre que ya había muerto. Grey, le da a Ana la seguridad como mujer, su valía como persona. La hace sentirse hermosa, especial, inteligente y creativa.

Mucho más allá de todo lo material que él le brinda, es la autoestima que ella adquiere. Es comprender que puede hacer cualquier cosa, y hacerla muy bien.

¿Por qué nos gusta Christian Grey?... Obviamente no es por los castigos o golpes que pueda llegar a dar. Sino por esa manera de amar a Ana, que lo hace renunciar a todo por ella. Por esos detalles que le brinda a diario. Por cómo la mira y la toca. Por cómo la besa y la acaricia. Por su calidez, su cercanía, su manera de abrirse y entregarse a ella. Aunado a que era un dios sexual en la cama…¿Se necesita más?

Que es un libro para adultos, lo es. Así mismo la película. No porque sea malo o prohibido lo que pase. Sino porque un joven aún no tiene la madurez y el criterio para hacer un análisis con pies y cabeza de las situaciones que ahí se presentan.

Me enferma la gente que dándoselas de expertos, de críticos o de la “vela perpetua”, quieran hacer creer que esta historia es lo que no es… Mucho me gustaría ver el actuar y el proceder de estos eruditos en la materia “puertas adentro”, y después invitarlos de la manera más cordial, diciéndoles: “Aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra…”