- Quizá os estuviera pidiendo que la cuidarais. Y lo hicisteis. Y quizá ahora te esté pidiendo que dejes que otra persona se encargue de eso".
Corren los años 20, en Australia, los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Con cicatrices y heridas aún sangrantes que los supervivientes llevan en su alma.
Uno de ellos es Tom Sherbourne, un veterano de la guerra y condecorado por la misma. Acepta ser el "farero" en una isla lejana, "Janus Rock", pues busca alejarse y tener la soledad necesaria que le de paz y solaz, para así purificar sus pecados y esas sombras que la lucha le ha dejado. Hombre fuerte, sano, íntegro y honesto... pero con esa losa cargada sobre su espalda.
Los azares de la vida le permiten conocer a Isabel, Izzy para él. Una chica alegre y soñadora que contrasta totalmente con su personalidad. Después de muchos paseos, charlas y confidencias, deciden casarse y trasladarse a la isla a iniciar su vida matrimonial. Ella de a poco se va enamorando del faro, de la isla y del mar que los circunda. Se podría decir que todo es felicidad, pero no es así. La falta de un hijo, tras 3 embarazos perdidos, han minado el espíritu y la luz de Izzy. Pero el destino parece que escucha sus ruegos, porque un buen día, aparece un bote en las costas. Un bote con el cadáver de un hombre, y una pequeñita que no deja de llorar. Isabel está segura que esa bebé, Lucy, es el regalo que Dios le ha mandado para apaciguar su alma atormentada. Tom, desde el principio, sabe que no es así. Sabe que debe reportarlo. Sabe que debe entregar a la niña... y no lo hace. No lo hacen, porque deciden quedársela y hacerla pasar por su hija.
Y es con esta decisión, que empieza la "otra" historia. La historia que desde el comienzo estaba destinada a ser un error. La del deber y el querer. Entre la razón y el corazón. Entre las reglas establecidas, y el amor instantáneo que nace entre ellos y Lucy.
No se puede obviar que la pequeña tenía un pasado, y lo más probable una familia... una familia que desde el minuto uno la estaría buscando y llorando al creerla perdida... aunque Tom e Isabel en un principio no sabían nada de eso, y después fuera demasiado tarde, según Izzy. Pero Tom, con esa conciencia de hombre cabal e íntegro, no puede calmar su alma atribulada ante estos hechos... y sus acciones por más coherentes, terminan por lastimar a quienes más ama.
Con la llegada de Lucy a sus vidas, es que empezamos a conocer a más personajes que enriquecen de mil maneras esta historia, especialmente Hannah Roennfeldt, su hermana Gwen Potts, y el maravilloso de Septimus Potts. Así como Bill y Violet, los padres de Isabel, y Ralph y Bluey, compañeros del trabajo de Tom.
Nos pondremos bajo la piel de cada uno. Sufriremos las acciones y decisiones, sean correctas o no. Lloraremos y viviremos en carne propia cada paso que den. Entenderemos los hechos desde los diferentes bandos. Quizá juzguemos a alguien, o tal vez defenderemos su accionar y su postura. Nos hace cuestionarnos: ¿Qué habría hecho yo?, ¿Está bien mentir por amor?, ¿Hasta dónde puede llegar el perdón?, ¿Se puede seguir viviendo con tanto dolor en el corazón?
Pero sobre todo, comprenderemos que en la vida, todo tiene consecuencias. Cualquier acto que hagamos o dejemos de hacer, conllevará un desenlace en contra o a favor, dependiendo de lo que hayamos decidido hacer.
Una historia desgarradora, para ambas partes, que nos habla de un amor inconmensurable más allá de los lazos de sangre. Del peso de la verdad ante la mentira. Del dolor y el arrepentimiento, de dejar ir aunque el alma se pueda partir en dos por el sufrimiento... y de volver a empezar y seguir viviendo.
Con un final intenso y dramático, que moverá las fibras más íntimas de quien lea esta maravillosa historia.
Pocas veces un libro me ha angustiado de esta manera, pues a pesar de estarlo disfrutando línea a línea, lo estaba sufriendo, pues sabía que el desenlace sería sobrecogedor.
Tom es digno de admirarse, por esa honestidad impresionante, y por aceptar el destino que se le impusiera... todo por amor. Pero Isabel se robó mi corazón, pese a sus errores... porque solo quien ha vivido su dolor y sus pérdidas, podrá entender y quizá justificar sus acciones. Casi puedo asegurar que yo, habría hecho lo mismo.
Dolorosa, sí, muy dolorosa, pero aleccionadora y totalmente hermosa.
Termino esta reseña con una frase de Blaise Pascal ( Científico, filósofo y escritor francés):
"El corazón tiene razones que la razón ignora".