"Todas esas cosas continúan mientras las estaciones cambian: de la oscuridad a la luz, de las noches blancas a los largos y oscuros inviernos. Cilka aún se despierta a menudo debido a las pesadillas: cuerpos demacrados, médicos que silban, las botas negras y relucientes del comandante. Trata de asir los buenos recuerdos, pero cada vez están más y más lejos. Fantasea con la vida que llevarán Josie y Natia, Lale y Gita. Los imagina a salvo, al abrigo del frío, abrazándose. Aguanta".
Con sólo 16 años años, Cecilia "Cilka" Klein es llevada a Auschwitz- Birkenau por el pecado de ser judía. Ahí se convierte en "la concubina" de un comandante de la SS que desde que la vió, la eligió como su favorita. Sí, tuvo privilegios y también realizó muchas cosas que no le gustaban, que le dolían y atormentaban... pero ella sólo buscaba sobrevivir. No había más opciones: obedecías o sencillamente, morías.
Y así, pasan 3 años en ese lugar de horror y muerte.
Cuando los rusos, finalmente, liberan el campo de concentración, Cilka es acusada de haber tenido relaciones sexuales con los nazis y de haber fungido como espía para ayudarlos. Sin un juicio real ni justo, la condenan a muchos años de trabajo forzado en un gulag de Vorkutá en Siberia, donde vivirá nuevos y terribles momentos que la harán desear claudicar, y otros que le recordarán pesadillas ya vividas que las lleva tatuadas en su piel, sí, así como ese número que le fue grabado en el brazo como un recordatorio perenne del horror vivido y de cómo tuvo que aprender a "sobrevivir" con apenas 16 años.
Cilka tendrá que demostrarse nuevamente que es más fuerte de los que ella misma piensa. Aunado a su inteligencia y magnetismo especial, harán que logre tener un mejor trabajo donde aprenderá cosas nuevas que le ayudarán para poder auxiliar a sus amigas del barracón.
En medio de violaciones, golpes, hambre, frío eterno y pesadillas, buscan que ese rayo de esperanza basado en la amistad sea quien las proteja, las ilumine y les permita creer que podrán sobrevivir a ese pozo oscuro y abandonado de cualquier dios.
Cilka trabajando en la limpieza, como enfermera o en la ambulancia, no sólo demuestra un conocimiento y dominio en lo que hacía, sino que además tenía una empatía total con cada compañero, con cada médico, con cada enfermo que atiende, y que al final conlleva a que todos le tengan un cariño especial.
Ella muestra que es una de esas personas de hierro que no se quiebran ante nada, y que su deseo de vivir la llevan a soportar las vicisitudes más duras y oscuras que cualquier persona ni siquiera logre imaginar en la peor de sus pesadillas.
Una historia que nos muestra la lucha diaria por "sobrevivir". El dolor lacerante que todo lo impregna. La valentía que sale de lo más profundo del alma cuando se es llevado al límite de toda capacidad. Y especialmente, la poderosa fuerza de la amistad.
Alternando momentos de su estancia en el gulag, con recuerdos terribles de "ese otro lugar", como Cilka llamaba a Auschwitz, iremos recorriendo la historia de una vida real que hizo todo por poder llegar a vivir la vida que cualquier de nosotros tiene.
Una joven que demostró que con y por amor, se pueden lograr muchas cosas. ¡Y vaya que así fue!
Un ejemplo de vida, de lucha, de valentía, de fortaleza.
Y como bien dijo Lale Sokolov, sí, "El tatuador de Auschwitz": "Cilka es la persona más valiente que jamás he conocido".
Sigo sorprendiéndome de todas las atrocidades que cometieron no sólo los nazis de Hitler, sino los rusos de Stalin, que fueron tan malditos o más que los otros. Y al mismo tiempo estoy maravillada de lo increíblemente fuerte que puede ser un ser humano cuando es llevado al límite, y su único objetivo es sobrevivir.
¡Hermosa, intensa, dolorosísima, y aleccionadora historia de Heather Morris!
¿Que si la recomiendo? ¡¡Total y absolutamente sí!!