"Cuando morir no importa, todo está permitido."
"La vida normal solo está al alcance de aquellos que no conocen qué se mueve en los subterráneos."
"¿Dónde está Dios ahora que tanto lo necesita?"
"¿Cómo enterrar tanto amor en décimas de segundo? ¿Cómo odiar lo que se adoraba?"
"La BAC se está deshaciendo, es tan evidente como ver pudrirse un trozo de carne. Si alguna vez fueron familia, ese tiempo quedó atrás."
Trepidante de principio a fin. Deja sin aliento desde el comienzo.
Quinta y última entrega de esta saga que ha sido alucinante. Viajaremos del pasado al presente, así como de Madrid a Liberia, haciendo una escala importante en Portugal.
Elena Blanco y sus compañeros de la BAC llevan a cabo una pelea a muerte con "El Clan". Algo o alguien que no saben quién es, dónde está, y quién o quiénes lo conforman... pero está, se siente, aniquila, corrompe, pervierte, y asesina. Un sistema corrupto, degenerado, maldito, que no hace distinción entre lo blanco y lo negro, y por las buenas o las malas, hace su voluntad llevándose de frente todo lo que se ponga por delante.
Impresiona cómo se van presentando, y descubriendo, cosas, situaciones, personas, secretos, y se van dejando, por momentos, muchos frentes abiertos, que con la maestría de "Los Mola", se van enlazando de una manera colosal. No se llega a ver, o a dilucidar, cómo y por dónde se pueden cerrar éstos, pero se logra.
Un cierre brutal con temas de actualidad, de denuncia social, de acción, con sangre a diestra y siniestra, asesinatos, dolor, y en mi caso, lágrimas. Realmente impactante, con un final totalmente inesperado.
Elena Blanco, Ángel Zárate, Mariajo, Reyes, Orduño, Buendía... la BAC... apenas se han ido, y ya duele su ausencia.
¡Gran, gran cierre para una saga de 10!