"Si pudiera, si lo dejaran, se instalaría junto a una tapia del cementerio en una tienda de campaña y no bajaría a Ortuella durante semanas..."
"¡Cuántas veces y con cuánta amargura habría de repetir en el futuro que jamás se perdonaría haber llevado al niño aquella mañana al colegio!"
"Me acaban de decir que el colegio ha explotado. ¿Qué colegio? ¿Qué colegio va a ser? El nuestro, el Marcelino Ugalde."
"No entiendo cómo la Naturaleza puede ser tan despiadada con los seres vivos, permitiendo que a veces sufran lo que no está escrito."
"¿Cómo es posible que la gente vaya y venga tan tranquila después de lo ocurrido el jueves a pocos kilómetros de distancia?"
A partir de un hecho real acontecido en 1980 en un colegio en Ortuella, provincia de Vizcaya, surge esta historia. Hay un parteaguas, un antes y un después, en la familia del pequeño Nuco.
Una historia dolorosa, desgarradora, emotiva, que habla sobre la pérdida, y de cómo cada persona intenta manejar el dolor a su manera, y así, transitar su duelo.
De forma admirable, Aramburu nos muestra, con respeto y dignidad, y sin morbo, ni descripciones de más, cómo cada miembro de la familia asimila, o trata de asimilar, este impacto terrible, incomprensible, que de una u otra manera transformará sus vidas por completo.
Admirable siempre el observar cómo las personas que son llevadas al límite del dolor, sobreviven y se mantiene con inmensa resiliencia, a pesar del abismo que habita dentro de cada uno.
Una historia que llega al corazón, y que conmueve profundamente.