lunes, 8 de enero de 2018

"Jardín de invierno"...una historia de supervivencia que duele...

"Te asombraría lo que es capaz de soportar el corazón humano".


Anya Whitson era una mujer rara.Extraña desde el ángulo que se le mirara. Siempre seria, ajena, lejana. Pareciendo estar siempre enojada. Nada afectuosa ni cariñosa con sus dos hijas: Meredith y Nina. Retraída, y sí, triste... Anya era una mujer completamente triste.
Sólo se portaba afectuosa con su esposo Evan, gran bastión de la familia y ancla de estas 3 mujeres.
El único acercamiento que había tenido con ellas, sus hijas, había sido a través de los cuentos contados por las noches, pero eso también había terminado.

Un suceso definitivo marca a estas mujeres, que de repente se sienten solas y a la deriva, y que de golpe comprenden que desde ese momento en adelante, sólo serán las tres.

La promesa de obligar a su madre, Anya, a que les contara completo el cuento de "La campesina y el príncipe" hasta el final, es lo que hace que exista un acercamiento entre ellas.

Y es así, como noche tras noche, con la condición de estar en una total oscuridad, sin interrupciones ni preguntas, que Anya empieza un relato, que más que un cuento, es una historia desgarradora de amor, de vida, de guerra, de muerte, de hambre, de frío, y de un infinito dolor.

Con su cuento nos remonta a un Leningrado en 1941, durante el asedio de los nazis a esta ciudad rusa. Conoceremos a Vera, a Sasha, sus hijos y a la abuela materna.
Nos acercamos a vivir junto a una familia que se aferra a mantenerse unida. Un esposo y padre que debe marchar al frente. Una esposa y madre que debe seguir trabajando para no perder las mínimas raciones de comida que se les otorga a cada uno. Un invierno cruel, el más lacerante y duro hasta esas fechas. Un frío que ni poniéndote toda la ropa que poseías, podía abrigar en algo tu cuerpo. El hambre que no se acaba con nada, que no llena, que no nutre... que va menguando con las pocas fuerzas, con las ganas, con el ánimo, con las vidas.
Unos nazis crueles, malditos, sin corazón ni sentimientos. Que lo único que anhelaban, era borrar a Leningrado del mapa.
Y una familia que más que vivir, trata de sobrevivir, aferrándose a la nada.
Es un aprender a vivir bajo las bombas y junto a los muertos. Y es no poder rendirte y dejarte caer, porque has hecho una promesa.

"Jardín de invierno" es un libro emocionalmente duro, cruel, que te duele al leerlo.
Al principio no entendía la actitud de Anya, esa frialdad, esa falta de amor... Pero en tanto se avanza en la historia, y lees el cuento que ella les narra a sus hijas, ya adultas, es que todo cobra sentido...¡Y duele aún más!

"¿Cómo había podido llevar dentro ese dolor tanto tiempo? ¿Cómo alguien habría podido sobrevivir a todo aquello?".

Pero también es una historia de amor, de perdón, de segundas oportunidades. De finalmente reconocerse internamente y reinventarse a partir de ese conocimiento.

Me sigue sorprendiendo en demasía las atrocidades cometidas por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. El asedio a Leningrado fue de una crueldad extrema, no hay calificativo 
que lo pueda describir.

Una historia maravillosamente bien contada, con personajes cincelados a la perfección y que se te meten en el alma... ¡Y un final que sorprende, descoloca y conmueve!

Es impresionante la capacidad de la escritora, Kristin Hannah, para recrear con tal atino cada una de las partes de esta historia.
Y es así como nos vemos por momentos en Estados Unidos en el año 2000, y con la misma convicción somos parte del frío y hambriento Leningrado en el 41, tratándonos de aferrar a la vida.

Sin duda alguna, Kristin Hannah, se convierte en una de mis escritoras favoritas. Cada historia suya que he leído, ¡Me ha tocado el alma!
¡¡Totalmente recomendado!!




1 comentario:

  1. Ayyyyy mi amiga Cristy que lo estoy leyendo!!!! Ya comentaré por aquí porque no he podido leer tu reseña. In beso

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