"¿Cuál es el duelo más difícil? ¿El duelo de lo que se ha perdido o de lo que nunca se ha tenido?"
"No me da miedo el fracaso, sino el éxito."
"Si no se está dispuesto a sufrir, no se está dispuesto a vivir."
"-No hay más que el amor- dijo Paul-. El amor y, después la muerte."
"Rose percibió en su fuero interno el poder de las flores, sin saber lo que ello significaba. sentía que algo, en esas cortezas y esas corolas, palpitaban y buscaban simpatizar con ella."
Una mujer, Rose, viaja a Kioto, Japón, para la lectura del testamento de su padre... un padre desconocido y ausente.
En ese viaje no sólo descubrirá un país mágico con templos antiguos, jardínes zen, ríos, galerías, restaurantes, y paisajes impresionantes, sino deliciosas comidas y bebidas que la harán "avisparse". También será un viaje de introspección y reflexión, donde buscando en su interior, tratará de entender su propia vida para ir suavizando el resentimiento petrificado en su alma. De forma paulatina esa rabia se irá disipando, y el amor reemplazará cualquier grieta abierta causada por la ausencia.
Hay pláticas llenas de humor, sarcasmo, ternura y amor entre Rose y Paul, el antiguo asistente de Haru, y quien es el encargado de adentrarla en ese mundo y darla a conocer con las personas que fueron cercanas a su padre.
Existe una elegancia poética en la forma de narrar de la escritora francesa, Muriel Barbery. Demasiado para mi gusto. Aún así, es una historia llena de paisajes, de flores y de descubrimiento. De colorido, texturas y sabores. Un libro que habla de familia, y en donde encontrando el perdón, surgirá el amor a la vida.
Y con un plus maravilloso, que es el comenzar cada capítulo con una leyenda o cuento japonés, que es una delicia, y nos adentra así en lo que a continuación se va a narrar.
Primera vez que leo a esta escritora, y me gustó, a pesar que se me hizo un poco lento. Sin duda, en el futuro la volveré a leer.