domingo, 11 de agosto de 2024

"El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes..."

"De haber podido, la habría cambiado en dos segundos por cualquier otra madre del mundo."

"Mi madre tenía unos ojos verdes tan bonitos que parecía un despropósito malgastarlos en un rostro fermentado como el suyo."

"Si la muerte tuviera en cuenta la opinión de los demás, moriría mucha más gente adecuada."

Dos protagonistas al borde de un abismo de enfermedad, resentimiento, problemas psiquiátricos y dolor. Una relación madre-hijo, amor-odio, que se ve dañada por un gran drama en sus vidas que los separa, y al mismo tiempo, los hace dependientes uno del otro.

Una petición para pasar juntos el verano en un pueblito francés. Un verano para conocerse, para tratar de sanar heridas, olvidar odios y reconstruirse.

La disfuncionalidad en las relaciones familiares, siempre son interesantes y gustan... pero en este caso se exacerban de una manera que no me gustó, y que no lo creí. Además que sentí las metáforas utilizadas, el deseo de hacer el relato poético, forzado y no fluído. No logró conmoverme, a pesar del tema, y del mensaje que deja, que es bueno.

Mucho me habían hablado de este libro, de Tatiana Ţîbuleac, elogiándolo y ponderándolo, pero en mi caso, no me agradó.

La lectura es totalmente subjetiva, y cada cabeza es un mundo. Lo que a mí no me haya gustado, para otra persona puede ser una obra de arte. En eso radica la grandeza de los libros.



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