"Existe un creador. Déjalo a él ocuparse de su creación."
"Este es el momento más perfecto de mi vida, y te lo debo a ti."
"Siempre digo que no todo lo legal es justo, ni todo lo ilegal, injusto- expresó Manon."
"No existían secretos entre ellos, se conocían íntimamente, estaban fundidos el uno en el otro y al mismo tiempo conservaban la individualidad en un perfecto equilibrio."
"¡No teman, amigos míos! He recuperado el mando de este barco llamado la Casa Neville. Pero yo soy más que el timonel. ¡Yo soy el viento!"
Amor, venganzas, aventuras, secretos, traiciones, odio, resentimientos, celos, amistad, unión, desafíos, conspiraciones... Un final ideal para una trilogía espectacular.
Como en los dos libros anteriores, el nivel de investigación de la escritora, es soberbio: Los viajes, el contexto histórico y político de la época, el mundo bursátil, la moda y las costumbres, la música, la pintura, y el teatro de ese tiempo.
Viajamos, en un escape, de Londres hacia el Río de la Plata, en Argentina, visitaremos Irlanda, y volveremos al país de origen. Y nos enfrentamos a un cúmulo de frentes abiertos, con temas variopintos, donde no se ve por dónde, ni cómo, se podrán cerrar todos... Pero la maestría de Bonelli va entrelazando los hilos sueltos, y los va bordando de forma espectacular.
Manon y Alexander vivirán su amor a tope, pero también pelearán, con inteligencia y fortaleza, para preservarlo, así como a su familia y a su patrimonio, que por momentos se tambalea.
Florencia enaltece, siempre, los valores importantes de la vida: el amor, la amistad, la bondad, la honestidad y la lealtad, poniendo énfasis en buscar el bien para todos, y no discriminar por diferencia de clases sociales, razas, religión, o por tener alguna enfermedad o capacidad diferente.
Se ríe, se llora, sufres, te enamoras, te angustias, odias, perdonas, te decepcionas, pero finalmente agradeces por tener la oportunidad de leer algo tan bien escrito.
Volver a saber de Artemio y Rafaela, así como de Roger y Melody, es una caricia al corazón. Y un placer inmenso conocer a tantos nuevos personajes, que en su mayoría se quedan grabados en el alma... Y uno que otro, seguramente, ardiendo en el infierno.
¡Hermosa historia! Totalmente recomendada.
¡Cómo cuesta desprenderse de Manon y Alexander, y de todos los Neville y Blackraven.
Formidable señora Bonelli... ¡Gracias por existir!