"Hasta que, por fin, en un momento indeterminado, el dolor de su corazón desapareció como el agua al filtrarse por la arena. Seguía allí, pero en lo más profundo. Kya puso la mano en la tierra húmeda y vital, y la marisma se convirtió en su madre".
"Es que no sabía que las palabras pudieran contener tanto. No sabía que una frase pudiera estar tan llena".
"Se preguntaba con languidez qué había hecho para que todo el mundo la abandonara".
"Pero en realidad era una niña abandonada, una niña que sobrevivió sola en un pantano, que pasó hambre y frío, y a la que no ayudamos".
Una historia que habla sobre la vida, el abandono, la soledad, el racismo, el bullying, la falta de empatía, y la inmensa necesidad de "pertenecer".
Narrada a dos tiempos, desde 1952 a 1970; transcurre en un pueblito de pescadores en Carolina del Norte, Barkley Cove, y nos cuenta la historia de Kya Clark, quien crece en la más completa soledad en la marisma, donde aprende a amar ese sitio que le brinda hogar, cobijo, comida y felicidad. Ese entorno, el lugar, la naturaleza, ha sido como una madre que abriga, guía y enseña.
Ella, Kya, es la gran protagonista, y a pesar de su timidez, del miedo a la gente, y del temor a socializar, es una chica fuerte, valiente, capaz. No obstante de haber crecido libre y al viento como una planta más de la marisma, ha aprendido, ha observado, es aventurera, creativa, astuta. Defendiendo su soledad, su territorio y su corazón.
Por lo mismo no puede faltar el amor, representado por dos hombres diametralmente opuestos que aparecen en su vida... como aparece también el cadáver de un hombre en el pantano, situación que hace que todo cambie en la rutina de los protagonistas.
Es una historia diferente, incluso en el ritmo de lectura habitual.
Es un libro que se siente, se toca, se huele... se llega hasta a saborear.
Kya es un personaje que se queda grabado a fuego, y al que se desea abrazar y con quien quisieras conversar frente a una taza de café y ese pan de maíz que ella misma preparaba.
"La chica salvaje" es un homenaje a la naturaleza, a la vida silvestre, a los animales, a las plantas, a los flujos de agua, al mar. Un escenario que se plantea salvaje, pero abundante en alimentos, con un buen clima y con grandes escondites para que Kya los pudiera utilizar.
Y el final...¡El final es SOR PREN DEN TE!
Primer libro de la escritora Delia Owens, que con 70 años se catapultó a la mismísima luna con esta maravilla de historia.
¡Dense la oportunidad de leerlo, les prometo que no se van a arrepentir!
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