"La guerra nos enseña a no desaprovechar las oportunidades que nos brinda la vida, bajo el cielo de París, se me ha brindado la mía: tú".
En agosto de 1944, justo cuando las tropas de liberación norteamericana marchaban victoriosos, entrando a París, liberándolos del yugo nazi, el capitán Robert St'James clavó sus ojos en la belleza de Arienne, una joven lugareña que había ido a aplaudir a los soldados que los llenaban de esperanza y de libertad.
Ella también lo miró, y de pronto exisitieron miles de posibilidades.
La atracción instantánea, las miradas hablando más que mil palabras, la excitación al sentir el roce de una mano...
Es bien cierto que en momentos extremos como una guerra, un desastre, un instante de gran dificultad... los sentimientos se disparan, los sentidos están a flor de piel, y no se deben desaprovechar las casualidades y ocasiones que la vida pone frente a nosotros.
Un relato corto, o noveleta de Arlette Geneve, bien escrito, detallado, y si ocurre en París, siempre valdrá la pena.
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