"Lo que dure la eternidad..."

"Vagarás por entre estos...muros... - continuó éste entrecortadamente-, hasta que... encuentres... la reliquia...- Un nuevo acceso de tos lo hizo enmudecer. Quiso apartarse de Dargo, pero éste lo abrazó con más fuerza, como si quisiera transmitirle algo de su vitalidad. Puedo hablar de nuevo,  aunque el joven hubo de colocar el oído cerca de su boca-. Hasta que el... firmamento... alumbre... la reliquia... y alguien ofrezca... su vida... por ti".

"Si un fantasma puede prometer- le oyó decir con voz ronca-, yo te prometo que mi amor durará lo que dure la eternidad".

"Y como cabecera escribió: <<Hoy me ha besado un fantasma>>".

"-Todo ha concluído, acushla. Tha gradh agam ort- le dijo como si saliera de las tinieblas-. Te amaré siempre".

Nos adentraremos en la Irlanda de 1535, donde un hecho sangriento y trágico, ocurrido en el castillo de Kilmarnock, da pie a una maldición que recae sobre Dargo, el maravilloso protagonista masculino, y que no permitirá que su alma pueda descansar en paz, llegado el momento.

En la época contemporánea, y donde ya pasaron casi 500 años de lo acontecido, vemos que aquella condena sobre Dargo sigue vigente, y sin vislumbrarse el fin para esa pobre alma en pena.

Cristina Ríos, la protagonista femenina, llega a Kilmarnock para realizar una valuación de las pinturas y el arte que albergan en el castillo. Ella, una mujer moderna, independiente, audaz, decidida, inteligente, férrea, objetiva y tozuda, se dará de frente con que todos sus conocimientos y creencias se vienen abajo, cuando ve, escucha y siente algo que sabe que es imposible que exista.

Es ahí, donde de manera especial y fantasiosa, Dargo y Cristina cruzarán sus caminos, y juntos lucharán por encontrar la respuesta ante el misterio de la reliquia, que lo libere y así pueda descansar, finalmente.

Una novela maravillosa, con todos los ingredientes que una, como lectora, busca en este tipo de historias. Una trama interesante, divertida, con misterio, grandes personajes, fantasía, sarcasmo, y muchísimo amor.

Ambos protagonistas son increíbles. Bien construídos, carismáticos y adorables. Y los secundarios, brillando con luz propia, y logrando que los principales, destaquen aún más.

Dargo me había enamorado hace 9 años que leí esta historia por primera vez. Y nuevamente lo ha hecho. Es un personaje cargado de matices, de fanfarronería, de poses, pero totalmente maravilloso.

Dos almas separados por el tiempo, pero destinadas a amarse... lo que dure la eternidad.

Siempre digo que leer a Nieves Hidalgo es garantía. Lo constato de nuevo. Nunca defrauda, siempre atrapa, y sus historias, se quedan fuertemente grabadas en el alma.

¡Muy recomendable!