jueves, 1 de junio de 2023

"𝐕𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐳𝐚𝐫..."

"Soy yo, Lily. Somos nosotros. No tienes que avergonzarte de nada". 

"Pero no importa cómo hemos llegado hasta aquí; lo importante es que aquí estamos".

"¿Cómo logran romper el círculo las personas que no tienen recursos y el apoyo de amigos y familia que yo tuve? ¿Cómo logran mantenerse firmes, sin flaquear, cada segundo de cada día?"

"Pero ni quisiera los monstruos pueden sobrevivir sin un corazón que les lata en el pecho".

"Pero entonces llegaste tú, y todo cambió. No solo tuve la oportunidad de ser el primero en enamorarme de ti, sino que también se nos rompió el corazón a la vez. Y más tarde, como si fuera un milagro, la vida me dio la oportunidad de volver a enamorarme de ti.
   Dos veces en una vida.
   ¿Cómo puede un hombre tener tanta suerte?

Después de dejar una relación, con efectos devastadores, la vida les presenta una nueva oportunidad a dos personas que han vivido un pasado en común. Y aunque no todo sea miel sobre hojuelas, por los escollos del ayer a los que se deben enfrentar, el amor es quien brinda la pauta a seguir, para probar, arriesgar y disfrutar de esta nueva coincidencia que les brinda el destino.

Y las oportunidades serán en todo sentido, no sólo en el amor... para ser presencia en donde existió la ausencia, para ser amigo cuando se desconocía la existencia, y para estar y ser, donde nunca se fue y se estuvo.

Una historia hermosa que viene después de "Romper el círculo". Una novela que la escritora, Colleen Hoover, no tenía pensado escribir, pero ante la petición masiva de sus lectoras, decidió escribirles una nueva historia a Lily y a Atlas, con la finalidad de que fueran felices.

Por lo tanto, es una historia previsible, porque sabemos cómo terminará. Pero la narración a dos voces, por los protagonistas, es realmente digna de leerse. La sonrisa que se pinta en los labios, dura aproximadamente lo que tardemos en leer el libro, y la seguridad que da el saber que apostar por el amor siempre valdrá la pena, es la excusa perfecta para adentrarnos entre sus líneas.

Yo era una de las que creía que no era necesaria una segunda parte. Después de leerla, corrijo mi sentir. Este libro era inevitable. Ellos lo merecían, su historia en común lo merecía, el amor lo merecía, y sí, sus lectores lo merecíamos.

¡Me gustó muchísimo! Y Atlas... ¡Ay, Atlas!






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