"Desde el marco de la puerta, ella repitió sus palabras. No me siento bien".
"Sí, ella había pedido ayuda. Porque ese día era extraño, ese día todo era distinto".
"Ese día, antes de que ocurriera lo que ocurrió, ella había intentado olvidarse de sí misma entre colores, pero había ingresado en la noche.
Y la noche, desde entonces, no la había abandonado más".
"Presente, amorosa. Muy afectuosa".
Una historia basada en hechos reales. Un incidente estremecedor que impacta, soprende y conmueve.
Un hecho al que no se le puede poner calificativo por lo incomprensible, imprevisto e impactante.
¿Cómo poder entender una acción así?
La historia se cuenta con una delicadeza asombrosa. Sin morbo. Nos enfrentamos de golpe con "esa" acción llevada a cabo, y con la investigación que la escritora realizó, para tratar de comprender lo acontecido, para entender el porqué del hecho escalofriante a manos de "una madre amorosa"... Pero no hay manera de encontrar una respuesta correcta, coherente o aceptable. Ni tampoco podemos ser los verdugos que juzguemos o penalicemos el accionar de esa mujer.
Por momentos se puede pensar que "algo" hizo explotar un fusible en su cabeza. O quizá haya experimentado un período de esquizofrenia. O que todo lo vivido en la niñez se le haya presentado de golpe en el presente para reaccionar, tardíamente, ante las vejaciones sufridas. La mente suele ser así de incomprensible.
Una novela atrapante, pero al mismo tiempo, dolorosa e ininteligible, contada con una prosa delicada, precisa e inteligente.
Una novela que te deja sin palabras, aunque el corazón lata a mil revoluciones por minuto.
Y que al terminar de leerla, realmente no terminas de hacerlo, porque la historia sigue girando una y otra vez en la cabeza.
A mí me recomendaron entrar a ciegas en esta historia, sin leer la sinopsis, y creo que fue lo mejor para vivirla a flor de piel, y con el alma encogida.
¡Muy buena novela!
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