viernes, 23 de marzo de 2018

"Un lazo color lavanda"... un lazo que une historias.

"La vida es mejor cuando encuentras a quien amar, y entregas tu alma y tu corazón".

Adrienne Carter es una mujer dolida. Con 28 años y un divorcio a cuestas, decide darle un giro de 180° a su vida y empezar de nuevo. Deja Chicago para trasladarse a una antigua y deteriorada casa victoriana, que ella misma restaurará,  en las costas de Florida, lugar en el que siempre anheló vivir.
Y es durante ese proceso que descubre una caja de hojalata oculta en el desván, con muchas cartas dentro de ella, que datan de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, y que están escritas por un tal William Bryant, y dirigidas a su novia Grace, quien viviera en esa época en la casa que ahora habita Adrienne. 
Llenas de amor, de sueños, de miedos, esperanza y dolor, las cartas encontradas y leídas por Adrienne, trascienden al tiempo y despiertan en ella el deseo de localizar a William. Moviendo mar y tierra, su objetivo se ve premiado.
William "Pops" Bryant es ahora un anciano que vive en un poblado cercano junto a Will su nieto, un joven banquero, apuesto y trabajador, que cuida en demasía a su abuelo, ya que aparte de amarlo profundamente, desea evitarle cualquier circunstancia que lo lastime y lo haga sufrir.

Adrienne llega a sus vidas como un viento huracanado refrescante, y se hace amiga de ambos con su bondad, su sencillez, sus ojos tristes y esa sonrisa que brotándole del alma, hace que su cara sea un poema.

Gracias a las cartas y a las historias que éstas llevan implícitas, se empiezan a hacer indispensables los unos para los otros. Y algo especial, también, se empieza a cocinar entre los jóvenes... pero el carácter de ambos, la sobre protección de Will hacia su abuelo, la impetuosidad en los actos de ella, el no dejarse doblegar nunca más, ni querer volver a ser invisible o tener que caminar de puntillas, sino ser libre, hacen que "choquen" muchas veces complicando así una posible relación.
Al avanzar en la narración, iremos conociendo más cosas del pasado, ya sea por las cartas encontradas o por las anécdotas que "Pops" cuenta, y de ahí surgirán nuevas historias y personajes que cambiarán el presente con las complicaciones que ésto implica.

El amor es el núcleo de todo lo que acontece en este libro y se respirará tanto en el ayer, como en el hoy... Pero también remarcará la importancia de saber ser una persona generosa. " <<Cuando uno se encuentra con un acto de generosidad inesperada y extraordinaria, se ve obligado a ser igual de generoso, o más aún>>".

Una novela narrada con sencillez y fluidez. Se disfruta enormemente la lecturas epistolares, pues William es un hombre sumamente sensible, y lo plasma en su diario vivir.
Los cuatro personajes principales son entrañablesPops y Will, dos hombres de ensueño. Adrienne, una joven mujer que es el artífice de todo lo que ocurre. Y Sara, una anciana que nunca se cansó de soñar con el amor de su vida.
Ellos tocan fibras internas, y hacen emocionar profundamente. Te ríes con ellos, te emocionas a su lado, derramas alguna lágrima... y sí, también te enojas por algunas situaciones. 

La ambientación plasmada por la escritora es tan real, que nos sentimos viviendo a las orillas del mar, sintiendo la humedad, la brisa y oliendo el salitre que se respira en el aire.
Una historia con secretos que mantienen viva la esperanza, con mucha bondad, con decisiones que dignifican la integridad, y con el brillo de las segundas oportunidades.

Me enamoré de este libro desde que vi su portada. Y terminé amándolo desde el prólogo hasta ese bello y sentido epílogo.
Nunca había leído a Heather Burch, y realmente me gustó mucho. Buscaré nuevos libros de ella, y sin duda la leeré nuevamente y la recomiendo totalmente.











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