"El hombre joven..."

"Con él recorría todas las edades de la vida, de mi vida".

" Nuestra relación podía contemplarse a la luz del provecho. Él me daba placer y me hacía revivir lo que nunca habría imaginado poder revivir".

"Si no las escribo, las cosas no han llegado a su término, sólo se han vivido".

La escritora nos relata la relación que tuvo con un hombre 30 años más joven que ella. Estar junto a él la tornaba de vuelta a su juventud, a sus orígenes, a sus relaciones sexuales pasadas... impersonales, esas que se van consumiendo con el uso.

Lleva una relación intensa, fogosa , efímera, que a sus ojos necesita, le sirve, la ayuda, pero hay ojeadas prejuiciosas de los demás, que la juzgan. Mas ella pareciera necesitar esas miradas reprobatorias de la sociedad para recordar pasajes de una juventud provocativa.

De forma honesta, y sin mentir, refiere cómo utiliza al joven para revivir sus recuerdos y experiencias.

Brevísima, con grandes reflexiones, atrevida, sugestiva, ingeniosa, provocadora, rompiendo paradigmas. Logra que sientas, analices y comprendas, sin juzgar.

Primera vez que leo a Annie Ernaux, y me ha gustado su estilo, su desenfreno, su desparpajo.

"Estupor y temblores..."

"Todo tenía una explicación en la compañía Yumimoto, Dios era el presidente y el diablo era el vicepresidente".

"Avanzó hacia mí con Hiroshima en el ojo derecho y Nagasaki en el izquierdo. De algo estoy segura: si hubiera tenido derecho a matarme, no habría dudado en hacerlo".

"Mientras existieran ventanas, el más débil de los humanos tendría su parte de libertad".

Siempre sorpresiva, fluída, inteligente. Con una pluma tan real y maravillosa, como cruda, dolorosa y desesperante.

Esta corta novela, con una declarada carga autobiográfica, relata el período de vivencias de desacreditación y degradación sufridas por una joven belga, llamada Amèlie, en una empresa japonesa.

Existiendo un constante enfrentamiento entre la "superioridad" oriental, contra el mundo occidental, claramente carente de virtudes.

Hostigamientos constantes que produjeron angustias y molestias... un verdadero calvario lo vivido en ese período laboral.

Fotografiando cómo la cultura nipona lleva una vida de exigencias, sin márgenes de error, buscando la perfección en el trabajo, especialmente, si te atreves a ser occidental... y mujer. Cultura donde el suicidio es una de las salidas más honrosas, cuando de salvar el honor de trata. Eso, o la sumisión total, convertirse, prácticamente, en un esclavo laboral sin derecho a reclamar, chistar o defenderse. Bajar la cabeza, arrepentido, frente a los dioses de la empresa, para así mostrar contrición, que muchas veces no se tiene, por los errores cometidos, y la experiencia adquirida ante los mismos.

En el año trabajado en Japón, la Nothomb, y su prosa mágica, nos pasea por la dura, cerrada y jerárquica estructura empresarial en el país del sol naciente, donde se es casi un siervo sin voz ni voto.

Amèlie Nothomb demuestra una vez más su grandeza narrando, de manera sencilla, irónica y por momentos muy simpática, ese año de sometimiento y humillación constantes, en que la protagonista se niega a renunciar, en pos de salvaguardar su honor.

¡Muy, muy buena!

"Nuestro oscuro pasado..."

"Vivimos rodeados de tanto sufrimiento, de tanto llanto, de tantas personas deshauciadas, que es casi imposible que nuestras conciencias no nos pasen factura. ¿Acaso el presidente Calles y su séquito de malandras no se conmueven ante las lágrimas y el dolor?"

"Así que Carmela Montiel, quien dispara al que se le cruce por su camino, cabalga a dos lados y anda disfrazada de hombre, ¿tiene sueños de princesa?"

"Acaso no sabe que yo soy el mismo Lucifer?- Se rio a carcajadas y apuró el caballo. La dejó despotricando sola".

Una novela intensa que narra uno de los períodos más dolorosos, y casi desconocidos del pueblo mexicano. Una guerra sin sentido que aniquiló a miles de personas de ambos bandos del conflicto: los federales y los cristeros.

Por mandato del entonces Presidente de México, Plutarco Elías Calles, se prohibió todo culto religioso. Se cerraron las iglesias, no estaba permitido rezar, ni tener imágenes religiosas. Se llegó a dar la orden a los sacerdotes que se casaran, so pena de muerte.

Ésto desencadenó una guerra cruenta y dolorosa en territorio mexicano contra "los cristeros", quienes defendían su derecho a ejercer su religión, y su amor y devoción por Cristo Rey y La Guadalupana.

Y dentro de esta historia, se desencadena otra entre el odio y el amor de la mano de Carmela Montiel y Aurelio Mendoza... la luz y la oscuridad, la bondad y la maldad, el perdón y la venganza. Una pareja que apoya, cada uno por su parte, a un bando de la guerra que se libra. Una pareja tan dispar, que su amor parece imposible. Y dos familias con grandes secretos que inmiscuyen a los protagonistas. La maldad, el odio, la envidia, la venganza, así como la contraparte de amor, amistad, fe, bondad y hermandad, son los componentes idóneos para lograr una gran historia.

Con personajes especiales, tanto los buenos como los villanos. Personajes que se ganan el corazón, y otros a los que se repelen de muerte. Y con el marco de una guerra que se borró de los anales de la historia de México, porque ni al gobierno ni a la iglesia les convenía que se supieran las tropelias perpetradas.

Camucha Escobar se luce, de nueva cuenta, con una novela llena de historia. De palabras, refranes, comidas y modismos mexicanos que la hacen diferente, de sus otras obras, y muy especial... sobre todo para mí.

Carnala, un gracias jamás será suficiente.

¡Totalmente recomendada! 

"Qué hacer con estos pedazos..."

"... a los veinte, una biblioteca es una ilusión, a los cuarenta un lugar de plenitud y a los sesenta un recordatorio permanente de que la vida no te va a alcanzar para leerlos todos".

"... la invade un extraño dolor: piensa que la vida pasa, que está pasando vertiginosamente".

"¿Cómo será vivir, se pregunta, cuando ya uno no espera nada de sí mismo?"

"A veces la vida es una mierda, se dice, todo empieza a salir mal, lo grande y lo pequeño, la torre de naipes se viene abajo".

Partiendo de un hecho cotidiano, se contruye el bosquejo de un drama común del ser humano.

Por medio de Emilia, la protagonista, una mujer de 64 años, veremos reflejado el paso de los años, cómo es el descubrir de golpe que el romance con la comodidad hogareña, que tanto se idealiza, no es tan soñado como se pensaba. Y cómo se empiezan a hacer visibles las fisuras dentro de la familia. 

Cuando el piso de la estabilidad se mueve, y se abren los ojos a una realidad donde los diálogos con el esposo son inexistentes, no hay puntos en común, y menos sueños en conjunto. Así se va siendo testigo del resquebrajamiento del matrimonio. Aunado a enfrentarse con una enfermedad paterna, el enfrentamiento entre hermanos, dolores del pasado, recuerdos de pérdidas dolorosas, enfermedades y muertes, lejanía de los hijos, decisiones que otros toman sin preguntar, tragedias vividas por gente cercana, los temores y dolencias, que son el paso inminente hacia una vejez que no se imaginaba tan cercana.

De forma dolorosa y dura, se narra la frustración, la infelicidad, la rutina, la instatisfacción, el cansancio de lo cotidiano, el hartazgo, y la soledad.

Con una prosa poética, elegante pero sencilla, Piedad Bonnett nos insta a no permanecer calladas, a expresar lo que no nos gusta, reclamar y renunciar a lo que nos quite la tranquilidad, la paz, el sosiego y la calma.

Una historia maravillosamente bien escrita, pero triste, dolorosa, cruda y para muchas personas real.

Primera vez que leo a esta escritora, y amé su pluma.

"El atentado"...

"De repente, una formidable explosión hace temblar las paredes y tintinear ls ventanas de la cafetería".

"Nadie se hace volar en un espacio público por una cabezonada. Eso es el desenlace de un prolongado lavado de cerebro, de una minuciosa preparación psicológica y material. Antes de actuar se toman enormes medidas de seguridad. Los cabecillas necesitan proteger su base y despistar".

"No hay peor cataclismo que la humillación".

"Cuando se da calabazas a los sueños, la muerte es la única salvación que queda..."

Una novela que atrapa y conmueve. Inconcebible para quienes somos occidentales. Así que tomados de la mano del Dr. Amín Jaafari, el protagonista de esta historia, deambularemos por todos los rincones de su infierno interno.

Gran, y estimado, cirujano árabe naturalizado israelí, y viviendo en un exclusivo barrio judío de Tel Aviv. Casado y plenamente feliz, hasta que un día... Un atentado terrorista... el caos, la destrucción, el horror, los muertos y heridos, el olor a sangre, a carne quemada, la desolación, el miedo, la confusión... y, después la negación, la conmoción, la desazón, la perplejidad y la ira que causa el saber quién fue la persona bomba que se inmoló, y mató a tantas personas, dejando, además un mar de heridos.

Empieza una búsqueda que lo haga comprender el porqué de lo sucedido, la razón que justifique el hecho, el indicio perdido, el inicio que llevó al final.

No hay palabras que justifiquen lo injustificable, ni entendimiento para comprender las acciones, ni respuestas que contesten las preguntas, ni medicina que calme el dolor entre dos pueblos devastados por el odio de años, sin aprender, sin perdón, sin fin.

Una mirada profunda y conmovedora de la vida cotidiana de aquellos que tienen que enfrentar a diario el conflicto israelí-palestino. Pero también es una novela que desmenuza el amor , la falta de comunicación y las relaciones de pareja en la actualidad.

Yasmina Khadra da a todos lo que les corresponde, y logra que todos los frentes sean convincentes, trágicos, correctos y errados; y a través de una escritura fluída y atrapante, involucra al lector dede el primer momento. 

Interesante, dolorosa, pero muy aleccionadora.