"Con él recorría todas las edades de la vida, de mi vida".
" Nuestra relación podía contemplarse a la luz del provecho. Él me daba placer y me hacía revivir lo que nunca habría imaginado poder revivir".
"Si no las escribo, las cosas no han llegado a su término, sólo se han vivido".
La escritora nos relata la relación que tuvo con un hombre 30 años más joven que ella. Estar junto a él la tornaba de vuelta a su juventud, a sus orígenes, a sus relaciones sexuales pasadas... impersonales, esas que se van consumiendo con el uso.
Lleva una relación intensa, fogosa , efímera, que a sus ojos necesita, le sirve, la ayuda, pero hay ojeadas prejuiciosas de los demás, que la juzgan. Mas ella pareciera necesitar esas miradas reprobatorias de la sociedad para recordar pasajes de una juventud provocativa.
De forma honesta, y sin mentir, refiere cómo utiliza al joven para revivir sus recuerdos y experiencias.
Brevísima, con grandes reflexiones, atrevida, sugestiva, ingeniosa, provocadora, rompiendo paradigmas. Logra que sientas, analices y comprendas, sin juzgar.
Primera vez que leo a Annie Ernaux, y me ha gustado su estilo, su desenfreno, su desparpajo.
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