domingo, 2 de abril de 2023

"Sigo aquí..."

"Las personas que nos enseñan algo nos dejan un recuerdo particularmente vívido en la memoria".

"Me doy cuenta de que este ha sido otros de esos momentos que he tenido en mi vida. El mismo impacto, la misma sensación surrealista de un déjà vu, pero sin la menor señal de aviso.Es como si de pronto se me cayeran varias capas de piel, como si el mundo estuviera más cerca y fuera más tangible que nunca". 

"Hacemos lo que sea necesario para sobrevivir; somos una especia con mucha inventiva ante la adversidad".

O'Farrell abre su corazón por medio de diecisiete relatos, diecisiete caricias de la muerte.

Por medio de estos recuerdos de momentos específicos de su vida, nos hace pensar, imaginar y sentir lo compleja que es, a veces, la existencia, lo dolorosa que es  por momentos, con situaciones que se nos escapan de las manos y no podemos controlar ni comprender: las enfermedades de un niño, un aborto espontáneo, sumergirse en un oscuro y agitado mar, y no poder emerger, sentir el filo de un machete en la garganta...
Nos muestra lo vulnerable que es el ser humano por momentos, con circunstancias que de repente las tienes sobre de ti y para las cuales no se estaba preparado.

De aplaudirse el lenguaje, el tono en su manera de narrar, lo personal y profundo que es cada relato. Sin hacerse la víctima, ni afanarse en que el lector sienta lástima por ella. Aceptando los momentos en que fue imprudente y pudo haberlo lamentado para siempre.

Con una narración clara y sencilla, con ritmo y cadencia, y un estilo tan vívido y descriptivo, que pareciera que lo estamos viendo en una pantalla tal cual sucedió.

Muchos podrán pensar: "pero qué mala suerte de esta mujer", ella en cambio logra escribir una especie de oda a la vida, una afirmación que grita: "qué buena suerte he tenido".

Primera vez que leo a Maggie O'Farrell, y segura que no será la última.
¡Me gustó muchísimo!



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