"Pero el amor sólo se confirma de verdad como tal cuando deja de revolverse dolorosamente en el interior de uno, oscuro como un embrión, y es nombrado con los labios y el aliento, cuando se atreve a confesar su existencia".
Esta noveleta es la historia de un reencuentro, y que por medio de un viaje al pasado, un flasback, seremos testigos de un gran amor, quizá idealizado, y donde se atraviesa un viaje, un guerra, el miedo, el desaliento, el olvido, la esperanza... el tiempo. Será una travesía de recuerdos, emociones, esperanzas. Una historia fiel a la vida. Y a pesar de que se escribió hace casi cien años, exalta el deseo que seguimos teniendo, algunos, por tener una vida y un amor idílico, aunque se quede solamente en el deseo.
Como siempre, Zweig me sorprende de una gratísima manera, y me conmueve su forma de escribir, de exponer, de narrar, de plasmar de forma simple y sencilla, con palabras que son una caricia a los sentidos. Su prosa es fluída, sus historias son inteligentes, íntimas y avanzadas para su tiempo.
Un libro de tamaño pequeño que es totalmente contraria al contenido, puesto que es una historia que asemeja lo que es la miel y la hiel de la vida. Lo que pudo ser, lo que es, lo que quedó en el ayer, lo que se vive en el hoy. Las sombras, los recuerdos, los sueños, la realidad.
La historia de Ludwig conmueve, golpea, y sensibiliza... como todo lo que escribió esta maravilla de escritor judío-austriaco.
Lo recomiendo totalmente. Dense la oportunidad de leerlo, no los va a defraudar.
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