“Qué cómodas se viven las cosas cuando una ya sabe en qué va a acabar”.
“Y es que siempre me gustó lo mal que encajaba su vida con la mía. Su
marea baja con mi tempestad. Su rutina con mi caos. Su calma con mi tornado”.
“Lo mejor para nosotros no es siempre lo más bonito”.
“Al final será verdad eso que dicen sobre el tiempo: no esperes curar
las heridas sin que participe, el muy cabrón. Aunque tengamos prisa, aunque
duela horrores, aunque a un corazón roto la palabra <<tiempo>> le
suene a placebo, no hay más respuesta que esa. Dejar que pase, dejar que cure,
dejar que se calme”.
La historia de Miranda y Tristán rompe los moldes
establecidos. No son la pareja idílica, ni modelo, ni mágica, aunque exista
mucho amor entre ellos, y aunque ambos sean adorables. Son diferentes, comulgan
distintos gustos y sus patrones de vida son opuestos al ciento por ciento. Y
por más amor y buenos momentos que hayan vivido, uno de los dos decide poner
fin a la relación… ¿cómo lo viven?, ¿cómo lo asimilan?, ¿cómo lo sienten y lo
sufren? Si se tuviera la oportunidad de volver el tiempo atrás, ¿lo harías?,
¿cambiarías algo para no llegar a ese momento?, ¿dejaría de pasar lo que
se sabe que va a suceder?
Elisabet Benvanet nos regala una historia que se sale de todo
parámetro establecido, rompiendo los patrones que marcan una pauta a seguir en
cuanto las relaciones románticas que
leemos. Y hace una introspección al centro mismo del corazón, a los
sentimientos, a la importancia de amarTe, de ser coherente entre lo que eres,
disfrutas, amas y deseas.
Con todo el sello “coqueto” que la caracteriza. Sin dejar
las risas, los momentos chuscos, sus instantes hilarantes… y a pesar que hay
momentos que duelen, que se viven en primera persona, es la primera vez que no
lloro y sufro leyéndola, porque comprendí las decisiones y las acciones, y
especialmente, aplaudí la valentía de esta adorada escritora, de darle ese giro
a lo esperado, que es tan real… tan totalmente real y verdadero. En especial
me di cuenta que terminar, acabar, dejar, es muchas veces la mayor prueba de amor.
Siempre he dicho que ella es MÁS… pero también es magia, y es arte. Y con ésta, su nueva novela: “Todas esas cosas que te diré mañana”, nos demuestra que además es
valiente, innovadora, evolutiva y totalmente coherente entre lo que escribe en
sus libros y lo que nos regala en sus escritos a través de las redes sociales.
Realmente no sé si sea su mejor historia, pero sí sé que habrá un antes y un
después de este libro.
Ella lo ha hecho una vez más. Se ha confrontado con la mediocridad
y lo inamovible en pos de la superación. ¡Qué
grande eres Eli querida, y cuánto, cuánto te quiero!
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