"...para instaurar su reino, los celos no necesitan ningún motivo".
"...lo que impedía a su madre expresarle su amor eran los celos. Tantas veces los había percibido en el rostro de la diosa..."
"-¡Qué depresión ni qué leches! Tiene unos celos enfermizos de su hija. Eso es lo que la está envenenando".
"La estupidez no es lo único que no soporto".
Una trama corta, pero convincente. Con una prosa maravillosa. Duro, triste, inquietante... hace pensar mucho. Nos habla de las relaciones madres e hijas, y el efecto dañino que causa cuando no es lo que se podría esperar, especialmente en los primeros años de vida que son los que te marcan para siempre.
No hay texto de relleno, ni ahonda en descripciones detalladas, la historia por sí misma brinda todos los elementos necesarios. Utiliza un estilo de escritura que induce a la imaginación.
Hay presencias que sólo dan vacío. Hay ausencias, aún cuando se está presente.
Es un viaje desde la infancia hasta la adultez, donde incluye las relaciones familiares y las amistades.
Navega en los asuntos íntimos del alma en torno a ese vínculo de hijas y madres, a los celos enfermizos, al afán de complacer, y a la necesidad imperiosa de ser aceptado...amado.
Amélie es certera, es contundente. Ataca directo y golpea al corazón sin anestesia.
Tiene la pericia de crear pequeñas grandes historias, pero complicadas. Cortas, pero intensas. De esas que al cerrar el libro las sigues pensando, sintiendo, soñando.
Amélie Nothomb, es una genialidad. ¡Lo recomiendo muchísimo!
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