"...lo que resulta indudable es que César y Lucrecia se querían, aunque fuera fraternalmente, mucho más de lo que quisieron a nadie y mantuvieron su recíproca fidelidad hasta el final".
"-No señor, cuando yo nací mi padre ya era Cardenal. Veréis, entre nosotros son cosas normales. No creo que se haya elegido a Papa alguno sin hijos, esposa o a menudo concubinas".
"Una de las pasiones verdaderamente incontrolables que Lucrecia no podía ocultar era la que sentía por la poesía, los relatos fantásticos, y sobre todo, por la pintura".
"-No tiene importancia, señor, no sabéis cuántos años hace que se murmura de mí..."
El escritor italiano Darío Fo nos presenta a una Lucrecia Borgia como una de las mujeres más difamadas de la historia. Además de que su vida estuvo llena de drama y dolor. Sencillamente, fue un peón en las manos corruptas de su padre, el Papa Alejandro VI, y de su malvado hermano César. En esa época, y siendo mujer, poco hubiera podido hacer cualquier otra. Pero Lucrecia fue más que una mujer manipulada, era una mujer muy inteligente, gentil por momentos, astuta, y se podría decir que rebelde, ya que se llegó a enfrentar a su padre. Una mujer que fue producto de su clase social y de la parte histórica que le tocó vivir. No tan malvada, como la han descrito siempre, ni tan bondadosa, como la desea perpetuar Fo.
Él nos presenta, no a la mala mujer, seductora, ardiente y asesina, de la cual se ha hablado y escrito mucho, sino que nos pinta a una mujer de buen corazón, compasiva y de libre pensamiento. Deja de lado a la esposa que envenenaba s sus maridos, y la describe como esposa piadosa, amante de todo lo relacionado con el arte y la cultura, y abogada de los pobres. De extraordinaria belleza y deslices amorosos, a pesar de haber estado casada en tres ocasiones.
En esta breve biografía, que por momentos parece un ensayo, nos encontramos a una Lucrecia diferente a lo que siempre hemos leído sobre ella. Dado que el italiano, y ganador del Premio Nobel en 1997, además de escritor, fue actor y promotor de teatro, en la estructura de esta historia se vislumbra el apego de una pieza teatral.
En la plenitud del Renacimiento, con pasajes llenos de belleza y humanismo, así como de ardides y crueldad. Donde el poder, el sexo y el dinero se nos muestran como tres de los grandes mecanismos que han movido a la humanidad en todas las épocas. Mostrándonos como el libertinaje fue permitido desde la cúpula papal, y cómo Lucrecia Borgia trató de sobrevivir de la manera en que pudo hacerlo, con lo que tenía a la mano.
Asesina, seductora, e incestuosa, o misericorde, amante del arte y bondadosa... a fin de cuentas, una mujer que superó los desafíos que se le presentaron e impactó, de una u otra manera, en la historia por derecho propio.
¡Me gustó mucho!
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