“Sois Wulfric, el lobo fuerte- él la miró. Lo habían apodado el lobo
de Pembroke, pero “el lobo fuerte” era el verdadero significado de su nombre-.
Tenéis más honor que muchos hombres que he conocido”.
En la Inglaterra del siglo XIII,
están los tiempos convulsos con el rey Juan (el
"famoso" Juan sin Tierra) ocupando el trono.
Sarah de Albermale, una chica soñadora, quien está
prometida a Lord Frederick, nieto de Lord Russel, conde de
Pembroke. Espera, junto con sus padres y hermanos, la visita de quien será su
familia política. Esta visitación tiene dos finalidades: formalizar el compromiso
y llevarse a Sarah con ellos con la intención de que aprenda las tareas
que una futura condesa de Pembroke debe saber y dominarlas a la perfección,
para no desentonar cuando llegara el momento de contraer matrimonio con Fred.
Wulfric Rawson, tío de Frederik, se convierte desde ese momento en
el defensor y cuidador de Sarah, pues conocía, a priori, los antecedentes de su sobrino.
Wulfric, es el segundo hijo de lord Russel pero no así su heredero, por decisión de
su propio padre, quien le dio ese nombramiento a su nieto, el bueno para nada
de Frederick. A pesar de ser un grandísimo guerrero y un hombre de bien, la
marca que lo ha estigmatizado y un rumor del pasado, hace que el conde de
Pembroke lo deteste.
Cuando
Sarah llega a su nuevo hogar, se dará cuenta de la realidad de muchas cosas,
especialmente, que no todo lo que brilla es oro, y su marido en
ciernes, mostrará su verdadera personalidad haciendo que ella tema y tiemble; y de quien menos se lo espera, estará a su lado anteponiendo su vida por salvarla y
verla feliz.
Diferentes
circunstancias la enfrentan de golpe con la muerte y la traición, quedando a
merced de los señores de Pembroke, pero cuando las cosas están más caóticas descubre, finalmente, que una persona marcada por fuera, es la mejor persona que
la vida le pudo poner enfrente. Se dará cuenta que lo que ella llegó a considerar un castigo, puede que sea la mayor bendición de su vida.
Juntos
vivirán mil batallas y aventuras, enfrentando todo lo malo que el camino les
presente, pero siempre de la mano y con un verdadero amor, mucho más grande que
cualquier castillo a la redonda. El monstruo de Pembroke, como era
conocido Wulfric, demostrará su valentía, su fuerza y entrega, la belleza de su
alma y el poder de su amor. De una y mil maneras, manifestará, no sólo a Sarah,
que ante todo es un hombre bueno, recto, valiente, empático, sensible y sencillo.
Pasarán
mil vicisitudes, enfrentarán guerras, envidias, odios, venganzas... y a todo se enfrentarán
siempre juntos. Al
lado de sus fieles Lady Clare, Lady Agnes, Sue, Sir Arthur y Harold. Y
especialmente con "la bruja" de Albermale, la
adorable Nelly, quien será un estuche de sorpresas maravillosas
para todos, y tendrá un papel primordial en el desarrollo de los acontecimientos.
Una
historia llena de aventuras. De guerras, de odios, de enfrentamientos, de
traiciones... y de muchísimo amor. Una novela de caballeros, de
castillos, de armaduras y "ladies".
Todo
con la justa medida, con un balance perfecto. Es una novela que no cansa, que
fluye, que gusta, que intriga. Con momentos simpáticos, otros angustiantes,
otros románticos.
¡Me gustó muchísimo! Me atrapó desde el primer instante, y no pude
parar de leerla hasta el final.
Primera vez que leo a Virginia Camacho, y estoy segura que no será
la última.
¡Gracias a mi querida amiga Gabriela Torreiro por habérmela recomendado
con tanto ahínco, porque la disfruté de principio a fin!
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